
El verano es una época del año en la que debemos extremar las precauciones respecto a las temperaturas. Por eso vamos a dar unos consejos generales para saber actuar antes los imprevistos que nos puedan surgir.
Deshidratación

En verano incrementamos el riesgo de sufrir deshidratación.
La deshidratación es el fenómeno que se da en el cuerpo cuando pierde agua; esta pérdida reviste varios grados según la cantidad de líquidos y sales minerales que pierda nuestro cuerpo.
Con la sudoración se pierde gran cantidad de agua y sales minerales y provoca que nuestros músculos pierdan la capacidad de recuperación durante la actividad y el esfuerzo. Son síntomas las contracturas dolorosas, especialmente en piernas, abdomen y hombros, así como los calambres. Ante esta situación, la persona con calambres reposará temporalmente a la sombra y beberá abundante agua fresca o bebidas isotónicas. Una vez recuperada la persona debe moderar su actividad y continuar bebiendo abundantes líquidos, evitando situaciones agotadoras.
En el caso de las personas con diabetes, la deshidratación agudiza los síntomas de la diabetes como orinar con más frecuencia, tener sed y sentirse cansado, además de alterar nuestros niveles glucémicos. Por tanto tenemos que tener especial cuidado en mantenernos hidratados.
Insolación

La insolación es un trastorno más grave, que aparece tras una exposición prolongada al sol o bien es debida a un ejercicio físico muy extenuante en un ambiente caluroso. La pérdida de agua afecta a todo el organismo. Son síntomas la temperatura corporal ligeramente elevada, la piel caliente, enrojecida y húmeda, una fuerte sudoración, dolor de cabeza y náuseas, visión borrosa y agotamiento.
La actuación que debemos seguir es, primero, trasladar a la persona afectada a un lugar fresco y a la sombra. Posteriormente debemos refrescar el cuerpo, lo cual haremos poniendo compresas mojadas en el cuello, el pecho, las axilas y en las ingles. Si estuviese consciente le daremos de beber agua en abundancia. Si las molestias son fuertes deberemos consultar con un profesional sanitario.
Golpe de calor

El golpe de calor es menos frecuente, pero es la patología más grave. Tiene lugar cuando, tras una fuerte insolación, el organismo no es capaz de regular la temperatura del cuerpo y su única prioridad es mandar sangre al cerebro. Sus causas son la insolación prolongada, las alteraciones bruscas de temperatura o la realización de trabajos en ambientes con una temperatura elevada o con un porcentaje de humedad elevado. La piel se enrojece, está caliente y seca, se producen alteraciones de la conciencia, se presenta un pulso rápido y débil, una respiración rápida y superficial y, a veces, incluso la persona convulsiona.
En estos casos hay que trasladar a la persona a un lugar fresco y a la sombra, refrescar el cuerpo como hemos descrito en el caso de la insolación, dar de beber agua en abundancia si la persona está consciente y llamar a una ambulancia. Si hubiese convulsionado, no tocaremos a la víctima.
Intoxicaciones alimentarias

Durante el verano, además de los problemas debido a las temperaturas, deberemos tener cuidado con las intoxicaciones, sean del tipo que sea. Se considera tóxica cualquier sustancia que, una vez dentro del organismo, es capaz de lesionarlo. Es importante conocer su concentración, la dosis y el tiempo que hemos estado expuestos al tóxico, pues van a determinar la evolución médica de la persona afectada. En general, las intoxicaciones más comunes entran en el cuerpo humano por la vía digestiva (boca, faringe, entre otros) o por vía respiratoria (nariz, pulmones). De la primera, destacan como tóxicos el agua contaminada, los alimentos en mal estado (huevos, pescado, marisco), los venenos (raticidas, insecticidas), los medicamentos y los productos de limpieza domésticos. Por la segunda vía (la vía respiratoria) entran los gases, aerosoles, humos y vapores.
También es considerada intoxicación las picaduras de animales, pues éstos introducen el tóxico al cuerpo (ya sea mediante picaduras u otro medio). En todos estos casos hay que actuar, en primer lugar, autoprotegiéndonos del entorno, para evitar que el tóxico nos pueda intoxicar. Deberemos conocer qué ha tomado el accidentado, la cantidad que ha tomado, cuando lo ha tomado y si ha vomitado. Lo importante es identificar al tóxico. Si es posible, se recogerá una muestra del tóxico (por ejemplo, una muestra de la comida) y procederemos a trasladar al accidentado, junto con la muestra, a un servicio de urgencias médicas.
Picaduras

Las picaduras de animales pueden causar también alergias en el cuerpo, aunque no son los únicos causantes (una persona puede ser alérgica a un medicamento o a un alimento). Las alergias comienzan con urticarias, piel enrojecida y abones. Si la alergia fuese más fuerte el enfermo estará inquieto, con sudoración y piel enrojecida, dificultad respiratoria, vómitos y diarreas. En estos casos, se debe tranquilizar a la víctima pues la angustia empeora la dificultad respiratoria, hay que vigilar la vía respiratoria y trasladar al enfermo al servicio de urgencias.
Quemaduras solares

En lo referente a las exposiciones al sol, deberemos evitar las quemaduras directas por exposición al mismo: para ello utilizaremos cremas con un factor de protección solar adecuado. Los niños y personas mayores necesitan de mayor factor de protección y protegeremos la cabeza con una gorra o sombrero.
Conducción

Respecto a la conducción, el verano es, además, una de las épocas en las que se producen mayores desplazamientos de personas. Por ello, si nos desplazamos en coche deberemos seguir las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico y, especialmente, velaremos porque en los trayectos largos paremos cada dos horas o 200 kilómetros para reposar al menos media hora e hidratarnos con agua: el habitáculo del vehículo hace las funciones de evaporador de líquidos, y a esta evaporación son muy sensibles los niños y las personas mayores.
Hace unos días publicamos un artículo con recomendación de Conducción con diabetes que podéis leer aquí.
Senderismo

Si hacemos senderismo o una excursión por la montaña, deberemos parar bajo una sombra y beber líquidos. Es recomendable llevar un mapa de la montaña para saber dónde nos encontramos y facilitar la dirección en caso de pérdida; además se recomienda llevar el móvil cargado por si nos tuviesen que llamar los servicios de emergencias.
En caso de accidente de tráfico o en la montaña o bien de pérdida en la montaña, seguiremos las siguientes pautas: protegernos del entorno (por ejemplo, portando un chaleco fluorescente homologado), evaluar la situación y la cantidad de víctimas y alertar a los servicios de emergencia. Es imprescindible llevar nuestro kit de supervivencia, con una cantidad suficiente de hidratos de carbono para hacerle frente a una posible hipoglucemia.
En este artículo podéis leer unos Consejos antes de iniciar una actividad deportiva cuando se tiene diabetes que os resultarán muy útiles.
Si es necesario alertar a los servicios de Urgencia y Emergencias, es necesario proporcionarles los siguientes datos y por este orden: Localización del accidente (Comunidad Autónoma, provincia, localidad, calle, plaza o lugar, nombre del lugar, número del lugar, referencias cercanas como por ejemplo nombre de una iglesia o de un edificio relevante), teléfono desde el que se llama, problema ante el que nos encontramos, cuando ha sucedido el problema y riesgos que pudiese haber. No colgaremos la llamada hasta que el operador/a nos lo indique. Posiblemente transfieran nuestra llamada a un especialista: hay que esperar a hablar con el mismo. Se seguirán las indicaciones que nos den. En todo caso, hay que procurar mantener la calma pues por mucho que gritemos o nos pongamos nerviosos no vamos a acelerar la llegada de la ayuda: en todo caso podríamos incluso retrasarla al no facilitar correctamente los datos. Lo más importante es saber dónde está teniendo lugar el problema.
Resumiendo, durante el verano debemos intentar evitar la exposición directa y prolongada al sol y a otras fuentes de calor, debemos hidratarnos abundantemente con agua y protegernos del sol con cremas adecuadas, debemos conservar correctamente los alimentos y en caso de duda desecharlos.
Finalmente, ante un accidente, una urgencia o una emergencia debemos llamar al Teléfono de Emergencias 112.