En estas fechas navideñas, muchos de nosotros viajaremos para poder celebrar estas fiestas con nuestros seres queridos.
No hay que olvidar que a la hora de viajar hay factores a tener en cuenta.
Es muy importante tener presente que los rayos X de los controles de seguridad en los aeropuertos pueden dañar los dispositivos para tratar la diabetes, como ocurre con las bombas de insulina y los monitores continuos de glucosa, provocando que se produzcan fallos en su funcionamiento. Claro está, que no se trata de prescindir del viaje pero sí conviene tomar algunas medidas para proteger su funcionamiento y , por tanto, la salud del viajero con diabetes.
Recordamos que:
- La bomba de insulina consiste en un pequeño dispositivo que libera insulina a través de una sonda plástica pequeña conectada con el tejido subcutáneo. El dispositivo bombea insulina continuamente tanto de día como de noche.
- El medidor continuo de glucosa funciona mediante una aguja que se inserta en la piel con un pequeño filamento que detecta la concentración de azúcar en sangre, lo que hace que la medición sea ligeramente más imprecisa que la medición en sangre pero hace que ésta sea continua, ofreciendo lecturas cada cinco minutos aproximadamente.
Cualquier bomba de insulina que utilice motor de corriente continua se encuentra en riesgo al exponerse a dichos rayos. Actualmente las únicas bombas aprobadas por la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentos de EEUU) que no motores de corriente continua son las OmniPod de Insulet, que usan un cableado de aleación con memoria, que no se ve afectado al exponerse a los rayos X.
Entre las bombas que usan tecnología de motor de corriente directa se encuentran las marcas: Medtronic, Animas y Tandem Diabetes Care.
Los especialistas recomiendan que si la persona debe pasar por el escáner de cuerpo completo y lleva una bomba de insulina tipo T:Slim (Touch Simplicity) o de Tandem, que se la quite previamente ya que no debe exponerse a los rayos.
La compañía Medtronic sin embargo, recomienda evitar que su motor continuo de glucosa se exponga a rayos X aunque no supone ningún riesgo para su funcionamiento pasar por un detector de metales.
En definitiva, es importante prestar especial atención a las instrucciones de cada fabricante y, sobre todo, lo más recomendable para no correr el riesgo de estropear los equipos, es llevar una carta expedida por un profesional donde se detalle el diagnóstico y las provisiones que la persona necesita llevar consigo a bordo, así como, que se especifiquen los dispositivos que no se aconsejen pasar por un escáner de cuerpo completo ni por el control de equipaje, puesto que podrían dañarse, siendo éstos revisados a mano.
Por otro lado, a la hora de viajar en avión han de tenerse en cuenta otros aspectos en referencia a los dispositivos para tratar la diabetes.
La presión alta de la cabina puede hacer que algunas bombas suministren mayor cantidad de insulina. En personas adultas y adolescentes no debería de suponer un problema, puesto que la cantidad adicional no es lo suficientemente alta como para que varíen en exceso los niveles de azúcar en sangre. No obstante, sí hay que prestar especial atención en el caso de niños pequeños con dosis muy pequeñas de insulina, ya que puede producirse un descenso en los niveles de azúcar que desemboquen en una hipoglucemia inesperada, por lo que es conveniente que los padres monitoreen al niño durante todo el viaje y vayan provistos de alimentos e absorción rápida por si fuese necesario.
Asimismo, hay que tener en cuenta que la sensibilidad de los monitores continuos de glucosa puede verse afectada por los cambios de presión de la cabina, de manera que, cuanto más alta es la presión puede provocar que las lecturas indiquen cifras más bajas.
Autora: Eva Concepción Herrero