Cómo afrontar de manera activa y positiva el confinamiento

Estamos viviendo un momento insólito, vivimos encerrados entre cuatro paredes y parece que nuestro día a día se repite una y otra vez, estamos “atrapados en el tiempo” como en la película de los 90 (“Atrapado en el tiempo” de Harold Ramis 1993, una comedia ligera y sabia que os recomiendo ver estos días) donde el protagonista se levantaba cada mañana en el mismo día. Pero, como el protagonista, cada día podemos aprender del día anterior y hacerlo mejor, esa es también nuestra oportunidad. Cambiar algo en nuestras relaciones familiares, en nuestra relación con nosotros mismos (cuidarnos mejor, tratarnos mejor…), animarnos a comer mejor, a hacer algo de deporte, a hacer algo (que se pueda hacer en casa claro) que llevamos tiempo posponiendo,… esa es la oportunidad, aprovechémosla.

Hemos tenido que modificar nuestras rutinas y, por lo tanto, hemos de organizar bien lo que podemos hacer, cuándo y cómo hacerlo. La primera semana de confinamiento fue de desconcierto, ¿qué está pasando?. Las siguientes semanas parece que hemos ido poco a poco aprendido lo que nos ayuda, lo que nos sienta bien y lo que no. Y nos sentimos orgullosos de nuestra capacidad de adaptación pero, ahora parece que ya estamos cansados, esto se alarga mucho. Y tenemos que volver a reflexionar, a cargar pilas mentales para continuar con un afrontamiento activo, constructivo y positivo de la situación de confinamiento. En este decálogo os voy a recordar lo esencial, las pautas y rutinas que os van a ayudar, aunque también estoy segura que muchas ya las sabéis y las estáis aplicando, así que enhorabuena!

Son ideas y reflexiones para hacer lo más fácil posible lo difícil. Ideas de motivación: “si ya lo he hecho algunos días…puedo volver a hacerlo” y lo que planifico hacer, lo hago, a pesar de que en un primer momento no me acompañe la emoción, de que no me apetezca igual todos los días, porque “luego me sentiré mejor y orgulloso/a de haberlo hecho”. Es el mejor truco para no dejar para mañana o pasado, lo que queremos hacer hoy. El más difícil es el primer paso.

Te propongo un recorrido, un “viaje sin salir de casa”:

  1. Un proceso que empieza desde la realidad hacia nuestro interior, es decir, empieza por a qué atendemos de la realidad externa y como lo interpretamos. Información poca, constructiva y fiable para minimizar las emociones de ENFADO Y DE MIEDO. Cuidar nuestro “dialogo interno”: que piensas, que te dices de ti mismo/a y de la situación.
  2. Pasos y bloques a tener en cuenta:
    1. Tareas de la casa.
    2. Trabajo o estudio.
    3. Cuídate y cuida tu diabetes
    4. Deporte.
    5. Contactos redes sociales.
    6. Actividades en familia.
    7. Desarrolla la Creatividad
    8. Pereza/distracción.
  3. Y termina desde nuestro interior hacia la realidad de nuevo: todo lo anterior nos ayuda a generar un propósito, a dar una narrativa a la situación. De nuevo se trata de cuidar nuestro “dialogo interno” para generar y cultivar la ilusión y confianza en nosotros, en los demás, en la humanidad. Son las dos emociones que todos debemos cultivar. Son las dos únicas poderosas emociones que pueden contrarrestar el miedo y la desconfianza, que pueden hacerles frente. Con ellas viviremos mucho más tranquilos y felices el tiempo que estemos obligados a seguir en nuestras casas.

Mantener una actitud optimista, evitando el bombardeo constante de noticias que sólo nos genera más miedo, estrés y enfado ante la situación y acudiendo a fuentes de información contrastadas. Se trata de encontrar un propósito (y decírnoslo internamente varia veces al día…) para seguir unos hábitos adecuados y establecer rutinas diarias que den sentido y valor a cada día, apoyarse en la familia y amigos por supuesto, cuidar y dejar que nos cuiden, sin olvidarnos de fomentar la responsabilidad y solidaridad social y el sentimiento de comunidad.

A continuación describimos rutinas y pautas que desde el punto de vista psicológico os van a ayudar a, no sólo llevar mejor esta situación en el día a día y a que vuestro esfuerzo sea más eficaz, en esta situación que se alarga, sino a aprender de esta situación excepcional y a descubrir habilidades, fortalezas y recursos personales, familiares y comunitarios que tal vez desconocíamos. Por ello os animo a sentiros orgullosos de cada pequeño logro en estas nuevas y difíciles circunstancias.

Piensa en actividades de cada bloque para realizar sólo, si es el caso, o en compañía. No lo dejes a la improvisación. Planifica los próximos días: Recuerda que el confinamiento lo hacemos por un bien común, por los demás. Confinarse no tiene por qué acarrear el quedarse inactivo. Procura escribir todas las ideas que se te ocurran. Respetar espacios y tiempos diferenciados para cada persona, así como necesidades específicas es imprescindible. Organizar alguna actividad para que todos opinen, en su caso, es una manera de que todos nos sintamos responsables. Suele ayudar que escribamos todo esto en común y dibujemos una especie de horario que estará visible para todos y podrá modificarse con el acuerdo de quienes compartís la experiencia. Os propongo 10 bloques de actividad que deberían estar, de una manera flexible, en nuestro plannig/horario diario.

10 bloques a completar cada uno en función de nuestros gustos, preferencias y necesidades…

  1. Comprender la realidad para hacer lo correcto y ser responsables. Busquemos la información oficial y necesaria, pero evitemos la sobreinformación. Ésta puede ser muy nociva y provocar sensaciones de desasosiego, haciendo que contagiemos esas emociones relacionadas con el miedo e ira ante la situación a las personas de nuestro alrededor. Por tanto, información sí, pero la justa, para comprender la situación y hacer lo correcto. Identifico mis emociones: una parte de mi miedo es inevitable y necesaria (me protege). Tomo conciencia de la situación, pienso y decido como actuar. Contrasto la información antes de divulgar bulos y noticias alarmistas. Reconozco que todos estamos tratando de dar lo mejor. Evito difundir y esparcir rumores con el renvío constante de mensajes o hablar constantemente del tema, especialmente a los más pequeños. Existen numerosas noticias falsas e informaciones inútiles que fomentan el temor y el enfado y nos alejan de la tranquilidad, emociones que no nos van a ayudar.
  2. Tiempo para cuidar nuestra diabetes y cuidarnos en general. Planifica tus autocuidados, no lo dejes sólo para cuando te apetece, la prevención es la clave porque no siempre nos apetece hacerlo. Ahí van algunas ideas para cuidarnos y mimarnos un poco: Acepta tus emociones sean las que sean (son pasajeras). Duerme. Toma el sol en la ventana/terraza. Baila en casa, pero baila. Ducha larga con música. Cocina rico sólo o en familia (Slow Food). Escribe, pinta o colorea mándalas (es relajante). Encuentra tú espacio para estar tranquilo y a gusto en casa.
  3. Aprovecha el momento, tiempo de calidad, personal y/o en familia: aprovecha esta nueva situación que sabemos que será temporal para hacer cosas diferentes y disfrutar de momentos en familia que casi nunca podemos vivir por el ritmo de vida habitual. Puede que nos resulte raro. Al no formar parte de nuestras rutinas, pero esto no tiene por qué ser así. Al contrario. Es un momento de convivencia en el hogar, os animo a buscar espacios y tiempos, con creatividad y flexibilidad, para estar juntos, para reír (el humor es fundamental), escuchar música, bailar, jugar juntos… Incluso para pensar y planificar en común alguna actividad para hacer juntos al fin de la cuarentena en familia, genera ilusión y confianza.
  4. Tiempo para hacer deporte en casa. Podemos encontrar nuevas aplicaciones o tutoriales en internet para diferentes niveles y edades. Además de divertido, nos mantendrá en forma y aumentará las sustancias estimulantes de nuestro cuerpo que nos hacen sentir bien. Reduce los síntomas de depresión y ansiedad, mejora el funcionamiento de nuestro cerebro, activa nuestro cuerpo, aumenta la sensación de bienestar. Y, desde luego ayuda a cuidar mejor nuestra diabetes.
  5. Tiempo de estudio/lectura/formación. Para hacer lo que tenemos que hacer por obligación, es decir el tele-trabajo o tele-estudio, pero también para leer un libro o aprender algo que teníamos pendiente.
  6. Tiempo para la distracción / pereza. Simplemente ver tv, series, escuchar música… o conciertos on-line…
  7. Tiempo para mantener los contactos y el apoyo social. Es fundamental buscar y ofrecer apoyo, la comunicación y conexión con familiares y personas cercanas. Comparte sentimientos, sincérate, diles que les echas de menos, pide ayuda si lo necesitas… Mantengámonos conectados con nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo y especialmente con los mayores. Conversar con ellos sobre cómo estamos afrontando la situación nos ayudará; evitando, eso sí, en lo posible, alimentar miedos e inquietudes. Utilicemos cuando sean posible las videollamadas para facilitar el contacto y aportar tranquilidad. Mantener la calma y la visión de que estamos haciendo lo correcto nos ayudará en todo momento.
  8. Tiempo para la creatividad. Puede ser el tiempo perfecto para la creatividad. En solitario o en compañía. Para aprender algo nuevo, para hacer pequeños arreglos, que siempre dejas para otro momento o para decorar la casa, para preparar comidas diferentes. Organiza también tus armarios, desecha ropa que ya no utilizas, piensa en quién puede aprovecharse de ella. Procura hacer esto en compañía si es el caso, anotando todas las ideas que surgen entre todos. Un taller de cuentos, relatos breves, o pequeñas historias puede ser muy divertido. Cuando todo esto pase puede que haya menos momentos para estas actividades.
  9. Tiempo para conectar con nosotros mismos. Este es un buen momento también para reconectar con nosotros mismos, replantearnos prioridades, recordar nuestros valores, ir más despacio y más consciente…. Cuida especialmente tu estado de ánimo, lo que dices y cómo lo dices. Cuidemos mucho nuestros pensamientos y emociones, de manera que podamos construir y responder adecuadamente a momentos en los que el ánimo falla y la sensación de incertidumbre y desasosiego surge. Vive en el presente, el día a día, pero también enfócate al futuro. Agradece y valora lo que tienes. Busca la manera de adaptarte a los nuevos cambios. Practicar el sosiego, cultivar la paciencia y la sabiduría, nos ayudará a aprender de la situación excepcional y a cambiar cosas en nosotros mismos y en nuestra vida.
  10. Tiempo para la cooperación y el altruismo. Frente al egoísmo y el «sálvese quien pueda»: Las crisis suelen hacer que veamos lo peor y lo mejor de la raza humana: procura sacar lo mejor de ti. Ayudar a otros no sólo nos ayuda a conectar con nuestra propia fortaleza y vitalidad, sino a sentirnos conectados con la humanidad entera. Algo que también nos conforta y nos da bienestar y confianza. Esta situación ha despertado un punto de solidaridad que se está viendo. Saldremos de esto gracias a una colectividad, porque todos dependemos de todos.

Todas estas actividades nos ayudarán a generar un propósito, una narrativa personal para cultivar la ilusión y la confianza. La ilusión es el motor de nuestras vidas, por eso debemos esforzamos en encontrar un poco de ilusión y esperanza en estos momentos difíciles. Entiendo la situación excepcional, encuentro un propósito y organizo mí día a día. Me cuido. Soy empático conmigo mismo y con los demás. Pienso en los demás y en cómo ayudarlos, en mi familia, amigos y en la comunidad en general. Conexión social de calidad. Pongo mis recursos y capacidades al servicio de quien los necesita. Me permito mis momentos desanimo, miedo o pereza, pero en general pongo el foco y mantengo un estado emocional calmado, constructivo, optimista y contagio confianza y esperanza.

Viaje de ida y vuelta sin salir de casa



Autora: Susana Sanjuán.

Psicóloga voluntaria de ADM

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