Podemos definir el síndrome postvacacional (también conocido como estrés o depresión postvacacional) como una reacción psicológica al tener que volver a adaptarnos a nuestras actividades cotidianas tras un período de descanso. El síndrome postvacacional afecta alrededor del 38% de la población y aparece con mayor frecuencia después de las vacaciones de verano que suelen ser más prolongadas que las del resto del año y en donde más tiempo abandonamos nuestras tareas cotidianas. Suele durar pocos días y en caso de que se prolongara más tiempo sería necesario buscar ayuda profesional ya que podría tratarse de otro trastorno psicológico encubierto.
Los síntomas son similares a un cuadro de estrés o ansiedad manifestándose en fatiga, apatía, desánimo, cambios de humor, insomnio, falta de concentración, palpitaciones, tristeza, malestar general… Por lo general tienen más posibilidades de experimentarlo personas que no se encuentran satisfechas con su situación laboral o actividad cotidiana y niños que tienen problemas adaptativos en el colegio. Pero a pesar de ello no olvidemos que a 4 de cada 10 personas les afecta este síndrome y no tiene por qué deberse a un entorno hostil sino simplemente al tiempo que necesita nuestra mente y nuestro cuerpo en readaptarse.
Te damos algunas claves para intentar superarlo.
- Es bueno volver de las vacaciones uno o dos días antes de reincorporarse a la actividad cotidiana. Ello te permitirá readaptar tu horario ya que en vacaciones estás acostumbrado a tener más horas de sueño, a comer más tarde, trasnochar, etc.
- Organiza tu agenda, dando prioridad a asuntos que requieran verdaderamente importancia. No puedes sobrecargarte con un montón de proyectos y retos en estos primeros días.
- Ve recuperando de manera progresiva tus horarios de comidas, hábitos de alimentación y rutinas de ejercicio físico.
- Márcate objetivos asumibles y realistas empezando por lo más sencillo.
- Desconecta en tus ratos de descanso y evita llevar trabajo a casa. Aprovecha los fines de semana.
- Si lo necesitas practica alguna técnica de relajación para disminuir la ansiedad y el estrés.
- Programa alguna escapada o actividad de ocio o relajante en tu tiempo libre.
- Intenta desterrar los pensamientos negativos sobre lo que sucederá de vuelta al trabajo.
- Intenta fomentar tus relaciones personales tanto en el entorno laboral como fuera de él. Tómate un café con el compañero de trabajo al que llevas días sin ver o aprovecha los fines de semana para quedar con amigos a los que no ves desde antes de tus vacaciones.
- Planifica actividades en tu tiempo libre parecidas a las que te hayan producido satisfacción durante las vacaciones.
Ten en cuenta que también tu hijo/a puede tener síndrome postvacacional ya que sus vacaciones son de tres meses, más prolongadas que las tuyas.
Intenta transmitirle positividad e ilusión, destacando los aspectos positivos de la vuelta al cole, ver a los compañeros, ilusión por las nuevas asignaturas del curso, volver a estar en casa y dormir en su cama o jugar con ese juego que no ha tenido durante sus vacaciones. Nunca manifiestes delante de él tu descontento y malestar por volver a la rutina ya que esos sentimientos los harán suyos.
Recuerda que el proceso de adaptación será más fácil si te dedicas tiempo a ti intentando disfrutar de las cosas cotidianas. No conviertas las vacaciones solamente en un motivo para escapar de tu vida insatisfecha. Aprovecha cada día todo lo positivo que tienes a tu alrededor.
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