Cuida tu piel en verano

Seguramente este verano estás necesitando relajarte en tus vacaciones. Todos visualizamos esa imagen mental relajándonos en una playa o disfrutando de un día de piscina. Por suerte en este país el sol lo tenemos más que asegurado, pero vamos a ver cómo debemos de cuidar nuestra piel para no correr riesgos.

El sol te va a proporcionar vitamina D favoreciendo la absorción de calcio y fósforo para conseguir unos huesos saludables, también beneficia y ayuda en determinadas enfermedades dermatológicas como el acné y además mucha gente se siente con más energía y así es. El sol aumenta la producción de serotonina por lo que tu actitud puede ser más positiva y optimista en los meses de verano. Pero es importante y más teniendo diabetes saber cómo protegerte.

Es necesario evitar los efectos perjudiciales de una exposición prolongada a los rayos ultravioleta ya que puedes sufrir quemaduras solares, sequedad en la piel, además de ser estos rayos los responsables de un envejecimiento prematuro.

Tomar el sol repetidamente sin un factor alto de protección puede provocar la aparición de manchas, arrugas y lo que es más importante el cáncer de piel.

Es importante mantener tu diabetes controlada en la época estival si pretendes estar diariamente en tus vacaciones expuesto al sol. Para ello es fundamental estar bien hidratados. Con una glucemia elevada beberás más agua, pero perderás ese agua a través de la orina con lo cual la piel tenderá a resecarse y deshidratarse haciéndola más sensible a agentes externos.

Debes beber agua a cada momento con o sin sed a sorbos espaciados si vas a estar varias horas al sol. Darte un baño en el mar o en la piscina cada media hora o remojarte en la ducha con agua fresca va a ayudar a hidratar tu piel mientras tomas el sol.

Lo ideal es evitar tomar el sol entre las 12 y las 16 h., horas en las que incide sobre la piel de una manera más perpendicular y si no te puedes adaptar a este horario pues tendrás que extremar las medidas de precaución.

Deberás usar cremas fotoprotectoras que estén homologadas. En cada crema se indica el factor de protección contra el sol, es decir el número te informa del número de veces que se aumenta la protección frente al sol de tu piel. Cuanto más alta, menos nocivo serán los efectos solares y es recomendable de dos a tres horas repetir la aplicación. Lo ideal antes de la primera exposición es aplicar la crema de 15 a 30 minutos por delante.

Es igualmente importante proteger tus ojos con gafas de sol, la cabeza con sombreros o gorras o en su defecto con protectores capilares y los labios, con barras labiales fotoprotectoras. No debes olvidar que también en los días nublados tienes que seguir manteniendo estos cuidados aunque no tengas tanta sensación de calor ya que algunas radiaciones ultravioletas consiguen atravesar las nubes.

Al llegar a casa es conveniente seguir cuidando nuestra piel que ha estado en contacto con el sol, el cloro de una piscina o la sal del mar. Una ducha refrescante con jabón o gel neutro son los mejores aliados. Después debes aplicarte una buena cantidad de crema hidratante en todo el cuerpo que te ayudará a reponer y nutrir tu piel.

Intenta seguir estas recomendaciones para poder conseguir un bronceado sin riesgos.

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