Día internacional de las personas cuidadoras: ¿Y qué pasa con las personas que acompañan a la persona con diabetes?

Este sábado 5 de noviembre se celebró el Día internacional de las personas cuidadoras.

Como es lógico cuando hablamos de los procesos de ajuste a una enfermedad solemos hablar de la persona afectada, en este caso de la persona con diabetes. Podemos plantearnos algunas de estas preguntas:

  • ¿Cómo se encuentra la persona?
  • ¿Cómo le están afectando los síntomas de la enfermedad?
  • ¿Qué piensa sobre el tratamiento?
  • ¿Qué miedos u otras emociones le surgen?
  • ¿Cómo le va a cambiar la vida a esta persona debido a la enfermedad?

Estas, son solo las primeras preguntas que podríamos hacerle a alguien que empieza un proceso de ajuste a la enfermedad, ya que el foco principal está puesto en ellos/ellas.

Sin embargo, no podemos olvidarnos de los acompañantes: padres, madres, abuelos, abuelas, hijos, hijas, amigos, amigas…teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos recae la responsabilidad en las mujeres.

¿Cómo están viviendo ellas/os la enfermedad? ¿Qué miedos les surgen? ¿Cómo les ha cambiado la vida? Ellas/os, aunque se encuentran en un segundo plano, absorben todo el impacto emocional de la enfermedad también, y en muchos casos son “olvidadas/os” o se da por hecho que tienen que asumir ciertas responsabilidades para las cuales tampoco estaban preparadas/os, al igual que nadie está preparada/o para asumir el peso de una enfermedad.

Para los acompañantes comienza también un proceso importante de adaptación que lleva consigo cambios en sus vidas, y seguramente, cambios incluso en su personalidad o su forma de actuar. Es particularmente importante prestar atención a sentimientos que con el tiempo son abrumadores y pueden llevar a que la persona se vea sobrepasada emocionalmente, lo que se llama “síndrome del cuidador quemado”.

Por eso queremos dedicaros esta sección de la revista, queremos dirigirnos a con vosotras/os, cuidaros a vosotras/os, daros toda la importancia que merecéis, y que todos apreciamos y valoramos en vuestro acompañamiento, que tiene un gran efecto también en la persona con diabetes, como ya sabréis.

El principal mensaje de este artículo es que, para cuidar, tienes que cuidarte. Para poder sostener el estrés continuado del cuidado, tienes que recargar tus propias energías. Para ello te damos algunas pequeñas pautas, entendiendo que para hacerlo primero te tienes que dar el permiso, tienes que darte el tiempo, y darte importancia.

  • Buscar momentos para ti. Como cuidadoras/es, podemos tener la necesidad de esforzarnos y comprobar continuamente que todo está en su sitio y estamos haciendo todo bien. Esa gran autoexigencia puede ser un gran peso en nuestra vida diaria. Cultivar un hobby te permite conectar contigo mismo, pasar un rato agradable en el que no haya estándares ni objetivos que cumplir más allá de disfrutar y dar rienda suelta a tu creatividad, preguntándote qué te apetece a ti en cada momento. Puedes darle una oportunidad al dibujo o pintar mandalas.
  • Círculo social y red de apoyo: cultivar relaciones en un entorno ajeno al de la persona cuidada, en el que no tengas el rol de cuidadora/or, sino que puedas ser tú misma/o y disfrutar de tus amigos recibiendo tú el cuidado y cariño de otros. Es importante que ser cuidadoras/es no se convierta en nuestra identidad y nos haga olvidar que también necesitamos que cuiden de nosotras/os.
  • Autoapoyo afectivo: trabajar la relación sana con una/o misma/o, prestándonos atención un ratito cada día para poder procesar lo que estamos viviendo, reconocer nuestras emociones e identificar nuestras necesidades para poder atenderlas. Puedes probar con meditación, mindfulness o llevar al día un diario.
  • Hábitos saludables: genera y mantén hábitos saludables de alimentación y sueño. Es curioso cómo, como cuidadoras/es, podemos darle una gran importancia a estos hábitos en nuestra persona cuidada y olvidarnos de cultivarlos para nosotras/os. Lo cierto es que si hay algo fundamental para nuestro bienestar es una buena rutina de descanso y hábitos de alimentación que nos proporcionen la energía y vitalidad necesarias para afrontar el día a día. Diseña un horario que respete tu tiempo de descanso y planifica un menú con platos saludables fáciles y rápidos. En internet encontrarás miles de ideas y recetas a tu gusto.
  • Tener momentos de calidad con la persona con diabetes. No solo pasar tiempo con ella para llevar a cabo los cuidados, sino también encontrar momentos a pasar juntos haciendo otras cosas para mantener una buena relación.
  • Participar en actividades colectivas para aprender a manejar el estrés, compartir su experiencia con personas en la misma situación y así poder compartir situaciones vividas.
  • Ser consciente de nuestras limitaciones No puedes con todo, y está bien, nadie pretende que lo hagas. Respeta tus limitaciones, comunícalas, y cuídate en ellas.

Referencias:

Ortiz, L. (2000). El cuidado del cuidador que afronta enfermedades crónicas. Cuidado y práctica de enfermería: Universidad Nacional de Colombia.

 Pinzón-Rocha, M. L., Aponte-Garzón, L. H., & Hernández-Páez, R. F. (2013). Experiencia de los cuidadores informales en el manejo de la diabetes mellitus tipo II. Orinoquia, 17(2), 241-251.

Autora: Sofía Rademaker
Psicóloga sanitaria
Directora del Centro Psicológico SMC
(Publicado en la Revista Entre Todos. Si quieres recibir o descargar la revista, hazte socio)

Publicado en Destacados, Psicología, Psicología Destacados y etiquetado .