Diabetes y adolescencia puede ocasionar un difícil cóctel.
La pubertad es una etapa complicada en la vida de las personas, en la que se producen importantes cambios hormonales, psíquicos y sociales. Estos cambios van a influir en el control de la diabetes.
Los hormonales afectan los niveles plasmáticos de glucosa, al aumentar su producción y/o disminuir su consumo, modificando los requerimientos de insulina. Los cambios hormonales también pueden producir cambios en la actitud del adolescente ante determina-das situaciones cotidianas, alterando el control de la diabetes. En esta etapa de la vida, los padres dejan de ser el modelo a seguir para pasar a serlo el “grupo”, es decir el resto de los adolescentes. Por la amplitud del tema, en este artículo nos limitaremos a comentar los principales cambios hormonales que se producen durante el desarrollo de la pubertad y como éstos influyen en la glucemia y en los requerimientos de insulina.
La hormona del crecimiento produce una clara resistencia a la insulina
Durante la pubertad se producen múltiples cambios hormonales, siendo los más relevantes los relacionados con la hormona de crecimiento, los corticoides y las hormonas sexuales. Uno de los cambios hormonales que mayor repercusión tiene en el control o descontrol de la glucemia son los relacionados con la hormona de crecimiento. Esta hormona no sólo afecta el crecimiento sino que también produce una resistencia a la insulina, es decir que a medida que se incrementan los niveles plasmáticos de hormona de crecimiento, en paralelo se produce un aumento en los requerimientos de insulina. La hormona del crecimiento produce una resistencia a la insulina. Al incrementar los niveles plasmáticos de hormona se requiere más insulina. Sin embargo la secreción de hormona de crecimiento presenta unas características especiales, como son el hecho de que no se produce de forma continua sino que su secreción tiene lugar en forma de picos, es decir que en un momento determinado los niveles de hormona de crecimiento pueden ser muy bajos y a los pocos minutos pasar a ser muy altos. También conviene destacar que los picos de hormona de crecimiento son especialmente abundantes de madrugada y en las primeras horas de la mañana.
¿Cómo van a repercutir estos cambios en el control de la glucemia?
Ante unos mismos niveles plasmáticos de insulina, un aumento en los niveles plasmáticos de hormona de crecimiento produciría una elevación de la glucosa plasmática. El hecho de que la hormona de crecimiento presenta sus niveles más elevados durante la madrugada y a primeras horas de la mañana provoca que las personas con diabetes presenten hipergluce- mias por la mañana. Los niveles de hormona de crecimiento varían mucho, dando lugar a que unos días se levanten con glucemias altas y otros con glucemias normales o incluso bajas, esto sucedería los días donde los niveles de hormona de crecimiento sean bajos. Estas oscilaciones matutinas de la glucemia son muy difíciles de controlar, llegando a producir una cierta desazón en el adolescente, al verse incapaz de controlar la glucemia a pesar de realizar múltiples esfuerzos. Es importante que el adolescente sepa que es un efecto transitorio y que pasada la pubertad los efectos de la hormona de crecimiento son más leves.
Los corticoides son otras hormonas con efectos hiperglucemiantes (producen resistencia a la insuina, así como un aumento en la producción hepática de glucosa) que también aumentan durante la adolescencia. Al igual que sucedía con la hormona de crecimiento los niveles plasmáticos de corticoides varían a lo largo del día, si bien en este caso no lo hacen en forma de picos, sino siguiendo un ritmo circadiano, donde los niveles son más elevados durante la madrugada y primeras horas de la mañana y presentan sus niveles más bajos por la tarde y primeras horas de la noche. Este fenómeno también está relacionado con las hiperglucemias que tienden a producirse en las primeras horas de la mañana en los pacientes con diabetes.
En resumen podemos ver que durante las primeras horas de la mañana tienen lugar una serie de cambios hormonales que favorecen la hiperglucemia, el hecho de que estos cambios sean irregulares, es decir que un día a una hora determinada podamos tener unos niveles de hormona de crecimiento de 30 ng/ml y de cortisol de 20 μg/dl , mientras que al día siguiente los niveles de hormona de crecimiento pueden ser de 3 ng/ml y los de cortisol de 10 μg/dl, por poner un ejemplo, dará lugar a que un día el paciente se levante con una glucemia de 300 mg/dl y el siguiente con 80 mg/dl. Ante una situación de estas características poco podemos hacer, tal vez los más importante es conocer que estos efectos son temporales y que con el paso de la pubertad tienden a desaparecer o disminuir, siendo mucho más leves en la edad adulta.
Es más frecuente que aparezcan hiperglucemias antes de la menstruación, debido al aumento de progesterona
Las hormonas sexuales también pueden afectar los niveles plasmáticos de glucosa, aunque en este caso sus efectos no son tan directos sobre el metabolismo de la glucosa como en los cambios de humor. Los cambios de humor, la rebeldía permanente que suelen presentar algunos adolescentes, son en parte debidos a la presencia de hormonas sexuales y son los responsables de algunas de las oscilaciones en los niveles de glucosa que presentan dichos adolescentes. En el caso de las niñas y ya en fases más avanzadas de la adolescencia, los cambios cíclicos de las hormonas sexuales pueden afectar la glucemia, especialmente antes de la menstruación, cuando los niveles de progesterona son muy altos, dando lugar a resistencia a la insulina e hiperglucemia. Por ello en muchas adolescentes los días previos a la menstruación hay que aumentar la dosis de insulina, esto es relativamente sencillo en aquellas mujeres con menstruaciones muy regulares, pero puede ser más complicada en aquellas con ciclos más irregulares.
En resumen, en estas líneas hemos intentado poner de manifiesto como los cambios hormonales asociados al desarrollo de la adolescencia pueden afectar los niveles plasmáticos de glucosa, también hemos mostrado que por la forma cíclica, circadiana y/o pulsátil que tiene los niveles en sangre de estas hormonas hacen difícil controlar sus efectos sobre los niveles de glucosa en sangre. Afortunadamente, en la vida de las personas, la pubertad es un espacio de tiempo, siéndolo también algunos de los mencionados cambios hormonales.
Autor: Dr. Bartolomé Bonet
Fuente: Revista Entre Todos nº 71
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