Diabetes tipo 2 en niños

Diabetes tipo 2 en niños
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No hace muchos años la diabetes tipo 2 afectaba a personas, generalmente muy por encima de los 60 años. Como han cambiado los tiempos, ahora vemos este tipo de diabetes en gente joven incluso de niños y adolescentes.

¿A qué se debe la diabetes tipo 2?

La diabetes tipo 2, generalmente es consecuencia de dos alteraciones: resistencia a la insulina y a una disfunción de las células productoras de insulina, las células beta del páncreas. La resistencia a la insulina obliga a un mayor trabajo por parte de las células beta del páncreas cuya disfunción provoca que ante un esfuerzo continuado en la secreción de insulina acaben dañándose y se produzca su muerte y a medio-largo plazo nos quedemos sin células beta y sin producción de insulina. Esto es un proceso lento que se producirá a lo largo de muchos años, sin embargo, ante situaciones donde nos enfrentemos a una gran resistencia a la insulina el proceso puede ser más rápido y presentarse ya en la infancia y la adolescencia. Por lo tanto, para que se produzca la diabetes tipo 2 tienen que coexistir estos dos fenómenos resistencia a la insulina y disfunción de las células beta.

¿Qué ha cambiado en nuestra sociedad para que haya aumentado la incidencia de diabetes tipo 2 y esta se presente a una edad más temprana?

En la inmensa mayoría de los casos, es consecuencia de dos cambios radicales en nuestra vida, la obesidad, que produce resistencia a la insulina (a mayor obesidad más resistencia y por lo tanto el páncreas tiene que esforzarse más para llevar a cabo su función) y el sedentarismo, el ejercicio físico produce una mayor sensibilidad a la insulina, es decir se necesita menos insulina para llevar a cabo el mismo efecto, esto lo conocen muy bien las personas con diabetes tipo 1, ya que cuando hacen mucho ejercicio precisan menos insulina. En esta situación y ante un páncreas más débil que no puede soportar el mayor esfuerzo en la fabricación de la insulina que produce la obesidad y el sedentarismo se desarrollará la Diabetes tipo 2.

En tiempos pasados la obesidad en niños era muy poco frecuente, al igual que el sedentarismo, sin embargo, en la sociedad actual son problemas cotidianos de nuestros niños y adolescentes, por lo tanto, en aquellos niños con antecedentes familiares de diabetes tipo 2 presentarán un elevado riesgo de desarrollar dicha enfermedad.

La Diabetes tipo 2, a diferencia de la tipo 1 se hereda de nuestros progenitores, por lo que cuando existen antecedentes de este tipo de diabetes en los padres o los abuelos el riesgo de desarrollarla es muy elevado, lo que nos obliga a estar más atentos con las personas que tienen estos antecedentes. Sin embargo, en mi experiencia profesional en el tratamiento de niños obesos, he podido constatar que el grupo de niños con antecedentes de diabetes mellitus tipo 2 les cuesta mucho más perder peso que a los niños obesos sin estos antecedentes.

¿Cómo se trata la diabetes tipo 2?

Sabiendo que en su inmensa mayoría la diabetes tipo 2 es consecuencia de la obesidad y del sedentarismo, lo más importante es la prevención de la misma. Teóricamente esto es muy sencillo, solo tendríamos que cambiar estos dos factores, es decir disminuir de peso y realizar actividad física de forma regular, así, la mayor parte de las personas con antecedentes familiares de diabetes tipo 2 no la desarrollarían o lo harían con la vejez como sucedía antes. Sin embargo, todos sabemos lo difícil que es introducir cambios en el estilo de vida de las personas, tanto en niños como en adultos.

Cuando viene a la consulta un niño con obesidad y sedentarismo, conseguir que inicie una rutina de realizar ejercicio de forma programada diariamente, es muy fácil de recetar y cuan pocos son capaces de conseguirlo. Es cierto que la sociedad actual no favorece estos hábitos para llevar una vida más sana, una correcta educación nutricional desde pequeños y conseguir que el ejercicio sea parte de nuestra actividad cotidiana, las grandes ciudades no están adaptadas para la vida al aire libre y la sociedad de consumo sigue promulgando hábitos alimenticios poco saludables. Tampoco facilita la actividad física el hecho de que los niños tienen múltiples formas de entretenimiento sin moverse del sillón y el tiempo que se pasa sentado delante de un ordenador o viendo la televisión.

¡Qué lejos quedan aquellos tiempos donde el niño llegaba del colegio, cogía la merienda y se la comía jugando en la calle!

Una vez se desarrolla la diabetes, si no somos capaces de revertir la obesidad y remediar el sedentarismo, lo normal es que los niños o adolescentes se vean abocados a la utilización de diferentes fármacos que aumentan la sensibilidad a la insulina o mejoran la capacidad de secreción de insulina por el páncreas y en última instancia la mayoría de ellos acabarán precisando insulina y con el tiempo, al perder el páncreas toda su capacidad de secretar insulina, precisarán una pauta de insulina muy similar a la de una persona con diabetes tipo 1.

En resumen, estamos ante un problema muy grave, que está aumentando de forma dramática y que sin embargo sería muy fácil de prevenir en teoría. Es importante concienciarse para tratar de conseguir reducir el número de niños y adolescentes obesos y sedentarios promulgando unos hábitos de vida saludables. De mayores nos lo agradecerán.

Autor: Dr. Bartolomé Bonet
Hospital Can Misses, Ibiza
(Publicado en la Revista Entre Todos. Si quieres recibir o descargar la revista, hazte socio)

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