Dieta cetogénica: ¿es segura y sostenible?
Una alimentación saludable es muy importante para la prevención de enfermedades crónico degenerativas, como la diabetes y la obesidad, las cuales han sido clasificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una pandemia. Según la Federación Internacional de Diabetes, alrededor de 425 millones de personas en todo el mundo tienen diabetes y, si las tendencias actuales continúan, 629 millones de personas de 20 a 79 años tendrán diabetes para 2045.
En las últimas décadas, la dieta cetogénica (Keto) se han convertido en una opción ampliamente conocida y popular para perder peso, sin embargo, debido a la extrema complejidad de la dieta, muchas personas no saben cómo incorporar esta dieta a su estilo de vida y lo hacen sin el apoyo de un dietista-nutricionista, lo que podría traer consecuencias en su salud. A continuación vamos a revisar qué es esta dieta, cuál es su mecanismo, qué nos dice la evidencia científica sobre sus beneficios y efectos secundarios y sobre todo si es una dieta que puede ser sostenible o no.
La dieta keto, es un tipo de alimentación alta en grasas y muy baja en carbohidratos, menos de 50 g por día, los cuales generalmente provienen de vegetales. Con la dieta cetogénica, tu cuerpo convierte la grasa, en lugar de azúcar, en energía gracias a la producción de cuerpos cetónicos (acetoacetato, ácido beta-hidroxibutírico y acetona), experimentando así una pérdida de peso y una mejora en los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre debido una disminución en la secreción de insulina.
Como estimula la oxidación de grasas y la cetogénesis (producción de cuerpos cetónicos), esta dieta nació para tratar diferentes trastornos neurodegenerativos como la epilepsia, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, la lesión cerebral traumática y la esclerosis lateral amiotrófica. Aunque hay más beneficios de la dieta cetogénica, una disminución en la densidad ósea es un efecto secundario marcado de la dieta cetogénica que luego conduce a la osteoporosis.
Los efectos favorables de este tipo de dieta sobre el peso corporal y la sensibilidad a la insulina la convierten en una opción terapéutica en la obesidad y la diabetes. Los posibles mecanismos para una mayor pérdida de peso pueden ser el control del hambre debido al mayor efecto de saciedad de las proteínas, la acción supresora directa del apetito debido a la regulación en la secreción de grelina y leptina, hormonas que controlan el hambre y saciedad. Otros mecanismos propuestos son la lipogénesis reducida y el aumento de la lipólisis, en otras palabras, la utilización o “quema” de grasas como fuente de energía.
Pero, a pesar de que algunos estudios confirman que este tipo de dieta puede cambiar potencialmente la forma en que el cuerpo almacena y usa la energía, aliviando los síntomas de la diabetes, existen efectos secundarios a corto plazo como confusión, mareos, fatiga y estreñimiento. Además, se pueden presentar deficiencias de micronutrientes ya que la dieta keto no cubre los requerimientos debido a que la restricción de carbohidratos limita de manera importante la ingesta de frutas y verduras, que son los alimentos más ricos en vitaminas y minerales. Esta situación también repercutirá en la ingesta de fibra dietética que será baja, generando episodios de poliuria (producción excesiva de orina) y estreñimiento como se mencionó anteriormente. También se ha reportado la halitosis (mal aliento) a causa de la cantidad aumentada de los cuerpos cetónicos.
En cuanto a parámetros metabólicos se han descrito afectaciones sobre tejido hepático, renal y cardiaco, aumentando los marcadores inflamatorios, de los cuales los principales evaluados han sido AST (aspartato transaminasa), ALT (alanina transaminasa) y ácido úrico, los cuales se han mostraron elevados durante el tratamiento de dieta cetogéica. Es por ello que no cualquier persona puede realizar una dieta keto, puesto que, aquellas que padecen enfermedades cardiacas o hepáticas tienen mayores riesgos de complicaciones por el alto de contenido de grasa que puede comprometer el funcionamiento del corazón y del hígado.
Otros estudios confirman lo anterior puesto que reportan complicaciones a medio/largo plazo de las dietas cetogénicas como lo son la hiperlipidemia, disminución de masa ósea, enfermedad cardiaca, nefrolitiasis y retraso de crecimiento.
Tomando en cuenta los mecanismos bioquímicos y metabólicos de esta dieta para las personas con insuficiencia renal, las personas con o en riesgo de enfermedad cardiovascular, las mujeres embarazadas o que amamantan, no es recomendable seguir esta dieta. Así mismo, las personas con diabetes tipo 1 y 2 no es aconsejable adoptar esta dieta debido a la posibilidad actual de una hipoglucemia (bajada de glucosa en sangre); también quien tiene problemas en la vesícula biliar o se la han quitado deben omitirla ya que la dieta es demasiado rica en grasas.
Es esencial que las personas que siguen este tipo de régimen de alimentación estén en constante monitoreo para determinar la glucosa en sangre, nivel de cetonas y otros parámetros bioquímicos. Por tanto, la utilización de este tipo de dietas debe ir acompañada de un asesoramiento dietético y no abusar de su uso. Si bien, la evidencia a la adaptación a una dieta baja en carbohidratos y alta en grasa para reducir el peso corporal o apetito y aumentar la utilización de grasa muscular durante el ejercicio, solo se ha estudiado a corto plazo, y los resultados han sido variados. Acerca de su funcionamiento a largo plazo, a la fecha, se desconoce si es seguro.
Cabe señalar, que el seguimiento de una dieta restrictiva en un macronutriente en concreto es difícil de mantener, siendo muy probable que una vez se continúe con una dieta normal se recupere el peso. Es por ello, que el tratamiento ideal sigue siendo el cambio de hábitos y un tratamiento multidisciplinario (nutricionista, médico, psicólogo y entrenador físico), donde se integre e individualicen las recomendaciones para que puedan contribuir a mejorar el estilo de vida a largo plazo. Siempre acude a un Dietista- Nutricionista certificado.
Autora: Adive Márquez Flores
Nutricionista
Educadora en Diabetes
Máster en Nutrición y Metabolismo
(Publicado en la Revista Entre Todos. Si quieres recibir o descargar la revista, hazte socio)
Referencias:
- Alharbi, Amal & Al-Sowayan, Noorah. (2020). The Effect of Ketogenic-Diet on Health. Food and Nutrition Sciences. 11. 301-313. 10.4236/fns.2020.114022.
- Pérez-Kast R.C., Castro-Cortéz H.D., Lozano-Tavárez A., Arreguín-Coronado A., Urias-Orona V., Castro-García H. (2021) Dieta cetogénica como alternativa en el tratamiento de la obesidad: Un estudio de revisión bibliográfica. Revista Salud Pública y Nutrición, 20 (3), 46-57.
- Bolla, Andrea Mario, Amelia Caretto, Andrea Laurenzi, Marina Scavini, and Lorenzo Piemonti. 2019. Low-Carb and Ketogenic Diets in Type 1 and Type 2 Diabetes. Nutrients 11, no. 5: 962. https://doi.org/10.3390/nu11050962