Dieta en el embarazo con diabetes

Dieta en el embarazo con diabetes

El embarazo es una etapa en la que se desencadenan una serie de cambios fisiológicos, metabólicos e incluso morfológicos en la madre encaminados a proteger, nutrir y permitir el desarrollo del feto. Así, los hábitos alimentarios de la mujer embarazada serán un pilar fundamental a lo largo de los nueve meses de gestación.

Se pueden dar 2 casos: que la madre tenga diabetes antes del embarazo, o bien, desarrollar un tipo de diabetes propia del embarazo conocida como diabetes gestacional. Para ambas situaciones, existe un denominador común: control adecuado de la diabetes acompañado de unos hábitos saludables de alimentación.

Alimentación óptima durante el embarazo

La alimentación durante el embarazo debe ser completa, variada y suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales de la madre y el feto.

Dichas necesidades se encuentran aumentadas, así como los requerimientos energéticos. Esto se produce para cubrir las necesidades propias de la madre, asegurar las demandas del feto, preparación para un parto óptimo y para el almacén de energía en el momento de la lactancia. Las necesidades energéticas de la madre dependerán del estado nutricional pregestacional.

Una alimentación óptima estará basada en el consumo de frutas, verduras y hortalizas, pescados, carnes magras, huevos, frutos secos, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva virgen extra y la bebida principal será el agua. Estos alimentos ayudarán a asegurar un aporte adecuado de vitaminas y minerales que tienen gran relevancia durante el embarazo.

En la siguiente tabla puedes encontrar los nutrientes necesarios y los alimentos donde puedes encontrarlos:

NUTRIENTE ALIMENTO DONDE SE ENCUENTRA
Hierro Carne de ternera, frutos secos, legumbres, sésamo y verduras de hojas verdes.
Calcio Lácteos y derivados, frutos secos, soja, verduras y hortalizas, tofu, semillas (lino, sésamo y chía).
Zinc Ostras, almejas, hígado, carne de vacuno, carne de pollo, queso, frutos secos y avena.
Yodo Sal yodada, algas, bacalao fresco, carne de pollo, legumbres, anacardos y brócoli.
Magnesio Frutos secos y legumbres.
Sodio Queso, pescado, carnes y verduras como el apio o acelga.
Folatos Verduras de hojas verdes, legumbres, frutas, frutos secos y cereales integrales como el centeno.
Vitamina B12 Vísceras, carne de vacuno y cordero, almejas, huevo y productos lácteos.
Vitamina C Frutas (cítricos) y verduras de hojas verdes.
Vitamina D Lácteos y derivados, huevo, pescado y ostras. Importante la exposición a la luz solar.
Fibra Frutas, verduras, hortalizas y legumbres.

En relación a la suplementación, se debe suplementar ácido fólico y hierro, debido a la dificultad para conseguir los requerimientos solo a través de la alimentación. En algunas mujeres, la suplementación de hierro puede ocasionar estreñimiento, por lo que para ello, se recomienda una mayor ingesta de alimentos ricos en fibra así como alimentos con alto contenido en vitamina C. Esta fibra también ayudará a disminuir la glucemia.

Además, se recomienda la suplementación de vitamina B12 en aquellas mujeres que llevan una alimentación vegetariana o vegana para evitar futuras anemias.

Precauciones alimentarias

A lo largo de la etapa del embarazo, se deben tomar algunas precauciones con ciertos alimentos para evitar complicaciones en el feto:

  • Evitar la ingesta de pescados de gran tamaño (pez espada, caballa, cazón, atún) y el marisco, debido a la acumulación de mercurio en su organismo procedente de la contaminación medioambiental.
  • El consumo de alimentos crudos durante el embarazo supone un riesgo de infección debido a que pueden estar contaminados por bacterias o parásitos que pueden llegar al feto. Por eso, se recomienda evitar la ingesta de leche cruda, quesos sin pasteurizar (quesos frescos, queso camembert, brie, roquefort o feta), huevos crudos, productos de charcutería (patés o foie-gras) y derivados del pescado crudos (sushi, salmón ahumado, caviar).
  • Limitar la ingesta de cafeína al día, sustituyéndola por café descafeinado o infusiones.
  • Lavar muy bien las frutas y verduras o también utilizar lejía para uso alimentario.
  • Eliminar el consumo de bebidas alcohólicas, incluyendo cerveza y vino.
  • Prestar especial atención a aquellos alimentos con alto índice glucémico, así como eliminar la ingesta de productos ultraprocesados ricos en azúcares.

Pautas alimentarias generales durante el embarazo

  1. Comer de manera lenta y tranquila.
  2. Emplear técnicas culinarias como cocinar al vapor, salteados, la plancha, papillotes, horno o hervidos para disminuir la pérdida de nutrientes que tiene lugar durante el cocinado de los alimentos.
  3. No es conveniente hacer regímenes de adelgazamiento.
  4. Llevar un control adecuado de los niveles de glucosa en sangre.
  5. Realizar actividad física moderada.

Actividad física: pieza clave en el embarazo

Un factor fundamental a lo largo del embarazo es la práctica de ejercicio físico, ya que mejora la condición cardiovascular y muscular, favorece la corrección postural y evita un aumento excesivo de peso, proporcionando a la embarazada una mejor condición física general y permitiendo enfrentarse al embarazo y al momento del parto con menos riesgos.

Además, podemos destacar los siguientes beneficios de la práctica de ejercicio:

  • Acorta la duración del parto y su recuperación.
  • Mejora la calidad del sueño.
  • Aumenta la masa ósea y muscular de la embarazada.
  • Mejora el estado anímico y autoestima.
  • Es el aliado perfecto para mantener una glucemia adecuada, ya que ayuda a reducir la hemoglobina glicosilada (HbA1c).
  • Aumenta hasta 50 veces la captación de glucosa por el músculo.
  • Reduce la presión arterial.
  • Mejora la regulación de la ingesta, de manera que mejora el control del hambre.

Pero, ¿qué tipos de ejercicios puede realizar la mujer embarazada? El más importante y recomendable es caminar, además de actividades dirigidas como pilates o natación. No obstante, este entrenamiento debe ser distinto y adaptado a las capacidades físicas que posea cada mujer.

Es muy importante mantener una buena hidratación no solo durante la práctica del ejercicio sino además a lo largo de todo el embarazo (2-3 L/día).

Por tanto, podemos confirmar que un adecuado control de la glucemia, una alimentación saludable y la práctica de ejercicio físico son los pilares fundamentales para llevar un embarazo óptimo y garantizar la salud tanto del feto como de la madre, para así evitar complicaciones y efectos adversos durante y tras la gestación.

Alicia B. Vergara
Dietista-Nutricionista A.D.M.

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