La obesidad ha alcanzado en el mundo proporciones pandémicas cada vez más preocupantes.
En España la proporción de obesos en personas entre 25 y 64 años se situa alrededor del 22,8% en varones y 20,5% en mujeres con un progresivo incremento.
Si consideramos el tipo más peligroso de obesidad que es la abdominal o central, medida por el perímetro de cintura (mayor de 102 cm en hombres y 88 cm en mujeres) las cifras suben aún más, presentando más de un tercio de la población española este tipo de obesidad que se relaciona con diabetes, hipertensión arterial, dislipemia (hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia) y enfermedades cardiovasculares (infartos, ictus).
Aún más preocupante es el incremento de la obesidad entre los niños y adolescentes.
¿Cuáles son los principales factores ligados al sobrepeso/ obesidad?
Aparte de los condicionantes genéticos que frente a ellos poco se puede hacer hoy en día, existen otra serie de circunstancias precipitantes del problema. Una de ellas es el sedentarismo (se realiza poco ejercicio físico, se practica de forma virtual viendo cómo lo hacen otros desde la televisión, la tableta o el móvil y moviendo los dedos en lugar de mover las piernas).
Si lo precedente se acompaña de una dieta desequilibrada rica en grasas y azúcares, ya tenemos los ingredientes necesarios para elaborar la bomba de relojería perfecta, solo es cuestión de tiempo que explote.
¿Cómo reducir peso?
La primera medida y más eficaz es prevenir el exceso de peso educando a nuestros hijos/nietos predicando con el ejemplo desde la infancia y en todos los ambientes (familiar, escolar, social), enseñándoles la tradicional dieta mediterránea.
¿Cuándo está indicado el tratamiento farmacológico de la obesidad?
En aquellas personas con obesidad o en aquellos con sobrepeso cuyo índice de masa corporal (IMC) sea mayor de 27 (preobesidad) asociado a otras enfermedades como diabetes, hipercolesterolemia/ hipertrigliceridemia, hipertensión arterial, síndrome de apnea del sueño, enfermedades cardiovasculares y que no hayan conseguido perder al menos un 5% del peso con medidas dietéticas y de ejercicio físico adecuadamente realizadas.
Las personas que los utilicen deben estar motivadas para la disminución de peso y deben saber que el tratamiento no funcionará si no se realiza adecuadamente la dieta y ejercicio físico.
Está indicado retirar el fármaco si en 3 meses no se ha reducido el peso un mínimo del 5%.
¿Qué tipo de medicamentos se utilizan en la actualidad para reducir peso?
Hay 3 medicamentos actualmente autorizados en España:
El primero, ya comercializado hace varios años y con mayor experiencia de uso es el orlistat (Xenical®, Alli® ) que produce reducciones de peso en torno al 3%.
Actúa disminuyendo la absorción de grasa en el intestino y eliminándola a través de las heces, siendo esto último causa de uno de sus efectos secundarios más frecuentes (diarrea y heces grasas) junto con flatulencia y déficit de absorción de algunas vitaminas solubles en grasas como son las vitaminas A,D y E. Se administra un comprimido antes de cada una de las comidas principales que contengan grasa.
Otros dos fármacos autorizados por la EMA (Agencia Europea del medicamento) el año pasado son la Liraglutida a dosis de 3 mg (Saxenda®) que ya se utilizaba anteriormente en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 en personas obesas a menor dosis (Victoza®).
Este medicamento es similar a una hormona natural (GLP-1) que se segrega en el intestino en relación con las comidas que contienen hidratos de carbono, funciona disminuyendo el apetito, reduciendo la velocidad con que los alimentos pasan al intestino y aumentando la sensación de saciedad. Hay que administrarlo diariamente mediante una inyección subcutánea, igual que la insulina.
Como efectos secundarios puede producir sobre todo al principio del tratamiento nauseas, vómitos, molestias digestivas, diarrea, estreñimiento, dolores de cabeza.
Produce pérdidas medias de peso del 5-6%.
Por último, otro medicamento (Mysimba®) que combina un bloqueante de los receptores de opiáceos cerebrales (Naltrexona) y un antidepresivo (Bupropion). Actúa sobre el cerebro disminuyendo el apetito y produciendo sensación de saciedad. Se toma en forma de pastillas (un comprimido cada 12 hotras).
Puede producir efectos secundarios digestivos (estreñimiento, nauseas, vómitos), mareos, cefalea, depresión…
Hay que reseñar que ninguno de estos medicamentos está financiado por el sistema público de salud, tan solo la liraglutida (Victoza®) en dosis de hasta 1,8 mg lo está para personas con diabetes tipo 2 y obesidad (simultáneamente).
Sin embargo, los tres necesitan prescripción médica (es decir necesitan receta médica).
Son fármacos de coste elevado, especialmente la liraglutida, aunque es la más efectiva de los 3.
¿Cuándo no se debe utilizar tratamiento farmacológico en la obesidad?
1.- Cuando no se esté motivado para cambiar el estilo de vida. Si quieres usar el tratamiento farmacológico pensando que con eso no necesitarás cambiar tu alimentación y aumentar el ejercicio físico que realizas, el tratamiento farmacológico será poco o nada efectivo. No son fármacos milagrosos, sin esfuerzo no hay resultados.
2.- Cuando exista alergia a alguno de los fármacos o contraindicación para su uso.
3.- Cuando pasados 3 meses la pérdida de peso ha sido inferior al 5%.
¿Son recomendables los fármacos antiobesidad?
Son medicamentos útiles en aquellos pacientes que tengan indicación para los mismos y eso lo tiene que determinar un médico con los conocimientos adecuados y experiencia en el tema, preferiblemente endocrinólogo.
Sin embargo, lo más importante es el cambio en la mentalidad para modificar el estilo de vida de la persona que tiene obesidad porque con ello las posibilidades de éxito son muy altas.
En resumen, la base del tratamiento actual de la obesidad es el cambio en la alimentación y el ejercicio físico. La función de los fármacos consiste en potenciar su efecto para conseguir nuestro objetivo: reducir el exceso de peso, mejorar el control de la diabetes, la calidad de vida y evitar complicaciones.
Dr. Carlos Debán
Médico de Familia. C.S. El Restón. SERMAS
Máster en Salud Pública y en Dietética y Nutrición
Experto Universitario en Endocrinología y Metabolismo