
Las dos premisas más importantes para el cuidado de nuestros pies, son la observación y la prevención. Sabemos la importancia que tiene la salud de los pies en las personas con diabetes y es fundamental saber cómo cuidarlos lo mejor posible.
Hoy veremos que es necesario dedicar un tiempo a la observación para evitar sustos innecesarios, sobre todo según vamos cumpliendo años y dado que podemos tener un cierto grado de afectación como consecuencia de la diabetes.
La observación: Miremos nuestros pies cada día
Sabemos que es una labor concienzuda, exige su tiempo de dedicación, pero es necesario para prevenir complicaciones. Después de la ducha o el lavado diario de nuestros pies, observémoslos.
La piel.
- El color ¿es rosado, violáceo, blanco o tiene espacios enrojecidos?
- ¿Hay heridas?
- ¿Tenemos la piel sana entre los dedos u observamos grietas?
- ¿Hay zonas endurecidas entre los dedos, sobre éstos en sus lugares prominentes, en los laterales o en la planta de los pies debidos al roce de un hueso con otro o con superficies duras como el calzado?
- ¿El caminar mal nos ha ido produciendo deformidades o zonas engrosadas por el roce continuo con el calzado que no hemos dado importancia? Algunas de estas durezas crecen hacia dentro y suelen ser muy dolorosas al caminar. Observemos dónde están ubicadas, en qué zona de los pies.
Las uñas.
- ¿Cómo son nuestras uñas?
- ¿Engrosadas y duras?
- ¿Débiles que se agrietan y descaman?
- ¿Amarillentas o marrones, quizás debidas a micosis (hongos)?
- ¿Enclavadas en la carne?
La temperatura.
- Tocamos los pies y percibimos su temperatura para notar si es como la de otras zonas del cuerpo, o si están fríos.
- Puede suceder también que tengamos zonas calientes y/o enrojecidas.
La humedad.
- ¿Son sudorosos los pies?
- Cuándo nos quitamos calcetines y zapatos, ¿los notamos mojados o por el contrario, están secos?
- ¿Quizás esa sequedad nos produce una piel áspera, presentando incluso grietas y descamación?
Fijémonos qué cantidad de información tenemos ya para hacer un análisis personal del estado en que se encuentra nuestro principal medio de transporte, con el que realizamos nuestro ejercicio diario de caminar y nuestro modo de circular por la vida en aquellos quehaceres diarios necesarios, sin los cuales seríamos personas dependientes.
Bien es cierto que los pies son la parte de nuestro cuerpo que se halla a más distancia de nuestros ojos, por lo que necesitamos una cierta flexibilidad para observarlos y acceder a ellos. Problemas músculo-esqueléticos, circulatorio o alteraciones de la visión nos puede dificultar el acceso a ellos y la percepción acertada. Es en este momento cuando tenemos una visión parcial de los pies cuando es preciso acudir a nuestros profesionales sanitarios.
Nuestra enfermera o médico, nos hará las exploraciones que consideren necesarias, para ver si existe neuropatía, arteriopatía periférica, insuficiencia venosa y deformidades u otros aspectos que los acompañan. Estos profesionales nos pueden aconsejar qué especialista es el adecuado al problema: traumatólogo, dermatólogo, cirujano vascular, podólogo, etc. para organizar los cuidados.
Los especialistas nos marcarán los tiempos necesarios de revisión con ellos, o con nuestro equipo de salud, dependiendo del estado de los pies.
Pilar Ledo, Javier Camacho, Luis Huerta y Susana Montero
Profesionales de Enfermería en A.P.
Área Noroeste. SERMAS