Heridas y úlceras en el ámbito extrahospitalario

Heridas y úlceras en el ámbito extrahospitalario

Diferentes agentes pueden alterar la piel y las mucosas. Éstos pueden ser químicos, traumáticos, por cirugías, radiaciones o picaduras.

Esos agentes agresivos preocupan más en las personas con diabetes. Es importante el estado inmunitario de la persona, la edad, la complejidad y/o la gravedad de la lesión, el padecer otras enfermedades, los medios sanitarios disponibles, el diagnóstico y tratamiento correctos y la actuación inmediata en la asistencia urgente que precise para su curación. La mayoría de accidentes se producen en el hogar por lo que unos conocimientos básicos son importantes para el abordaje de la primera atención. Ante todo debe quedar claro: no manipularla sin tener los conocimientos.

Clasificaremos las heridas de un modo muy básico: cuál de ellas podemos tratar nosotros, cuáles van a necesitar supervisión sanitaria profesional y, otras más graves, sobre las cuales nuestra intervención será mínima pero fundamental y necesitarán estar bajo los cuidados de personal sanitario cualificado.

Heridas que no precisan atención médica, excepto si se agravan

Rozaduras, rasguños, laceraciones, cortes y pinchazos leves. Picaduras o mordeduras de insectos si no son peligrosos, quemaduras por la exposición al sol, lesiones o aftas de las mucosas o el cuidado de suturas quirúrgicas según las indicaciones de profesionales sanitarios. Para el tratamiento de éstas u otras lesiones, lo primero es lavarnos las manos, limpiar la zona de la herida con agua y jabón neutro, enjuagar y secar con gasas estériles o con una toalla limpia y aplicamos un antiséptico que no coloree la zona, tapar con un apósito estéril. En mucosas, enjuagues con antiséptico bucal, y si son en genitales, con limpiadores antisépticos no jabonosos que tampoco coloreen, para poder observar su evolución, pero las úlceras tumorales precisan cuidados específicos.

Lesiones que precisan valoración médica o de enfermería por empeoramiento o por una mala evolución que pueden desencadenar una infección grave

Son las mordeduras o arañazos de animales, quemaduras por líquidos que afectan a capas internas de la piel ya sean por calor o por congelación, desgarros, dehiscencia de heridas quirúrgicas, las producidas por metales oxidados, afilados o penetrantes como un clavo, tijeras, o cuchillo, las fracturas abiertas o cortes profundos, aplastamientos, las producidas en terrenos muy sucios, o que nos den la sensación de gravedad. Si es factible, haremos la primera cura en una zona limpia. El proceso es el mismo que en el apartado anterior en cuanto lavado de manos, de la herida, etc. No aplicar pomadas ni ungüentos; no utilizar agua oxigenada ni alcohol. Por último, colocamos sobre la herida una gasa de tul sin vaselina u otra estéril humedecida en suero fisiológico o agua del grifo y la tapamos con un vendaje sin comprimir y acudir a nuestro centro sanitario.

Lesiones muy graves que precisan actuación inmediata

Lo primero es pedir auxilio, llamar al 112, tranquilizarnos y tranquilizar; evaluar el alcance del daño y prestar la ayuda necesaria hasta que lleguen los servicios de urgencia. Impresionan mucho las heridas punzantes o los apuñalamientos en los que el objeto está clavado en el cuerpo. Es muy importantesaber que los objetos punzantes clavados no deben tocarse ni extraerse. Hay que fijar el objeto clavado rodeándolo de una toalla u otros tejidos sin removerla ni presionar. No mover al herido y tranquilizarlo mientras llegan los servicios de urgencia. En ambos casos, en heridas grandes o fracturas, suele ir acompañado de un aparatoso sangrado. Saber diferenciar si la sangre es de rotura de venas: se derrama lentamente, o si es pulsátil, a sacudidas, que procedería de rotura de una arteria. En ambos casos el herido debe estar acostado sobre su espalda si está consciente o en posición lateral si ha perdido la consciencia. Se debe presionar fuertemente sobre la zona con lo más limpio que tengamos a mano y cuando éste se empape, se colocaran nuevos tejidos sobre los anteriores, que, repetimos, no deben retirarse hasta que lleguen los servicios de emergencia. El herido no debe beber ni comer nada. Si ocurre en las extremidades, se presionará fuerte en el punto de la lesión y mantendremos éstas elevadas. Las fracturas abiertas con sangrado abundante habría que aplicar un torniquete unos centímetros por encima de la herida, inmovilizar con unas tablas o cartones el miembro afectado, sin olvidar que el torniquete debe aflojarse periódicamente bajo el riesgo de necrosis y amputación. No medicar al herido, ni darle agua o comida, solo acompañarlo y tranquilizarlo.

Si hay amputación, recoger el miembro y regarlo con suero fisiológico, aplicar gasas mojadas en suero o agua en la zona del corte, y envolverlo todo con gasas estériles o ropa limpia, introducirlo en una bolsa de plástico en la cual colocaremos dentro, otra bolsa con hielos pero que no estén en contacto directo con el miembro. Esto es, por si fuera posible reimplantar el miembro.

Hay heridas que tardan en cicatrizar, se denominan crónicas, son úlceras por presión (encamamiento), tumorales, fístulas, quemaduras profundas, úlceras vasculares de las piernas, de personas con diabetes que presentan infección en los pies (pie diabético) y precisan cuidados y seguimiento especial del personal sanitario a lo largo de bastante tiempo.

Autores: Pilar Ledo, Luís Huerta, Susana Montero y Javier Camacho
Enfermeros de Atención Primaria Área NE-SERMAS
Publicado en la Revista Entre Todos (si quieres recibir o descargar la revista, hazte socio)

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