Hidratación en personas mayores

Hidratación en personas mayores

El agua en el cuerpo humano

El agua es el componente mayoritario del cuerpo humano, a la vez que un nutriente esencial para la vida. Constituye en niños entre el 75-80% del peso corporal total y en adultos el 60% en los varones y el 50% en las mujeres. Algunos órganos como el riñón, el músculo o los pulmones llegan al 85% de su peso total en forma de agua.

Debe existir un equilibrio entre la ingesta y la eliminación de líquidos del organismo, debiendo ser repuestos por productos alimenticios que la contengan, fundamentalmente bebidas, pero también alimentos.

¿Cuál es la cantidad de agua que se debe tomar?

Para una persona adulta se aconseja ingerir unos 3 litros diarios en varones y 2,2 en mujeres.

La recomendación más general es que se tome 1ml/kcal/día en adultos sanos, y 1,5 en niños.

Si se tiene en cuenta el peso de la persona, serían necesarios 35 ml/kg de peso en adultos, 50-60 ml en niños y 150 ml en lactantes.

En determinadas situaciones especiales, como la lactancia materna, aumenta esta necesidad hasta unos 750 ml/día más y durante el embarazo habría que aportar un suplemento diario de 300 ml.

Hay que tener en cuenta otras circunstancias con las que habrá que realizar determinados cálculos según la situación de la persona, la actividad física, la temperatura ambiental, los iones en plasma, etc.

El beber más de lo necesario carece de sentido, pues el agua tomada en exceso se elimina por la orina.

En las situaciones habituales hay establecido un equilibrio entre la ingesta y la pérdida, y cualquier alteración en este delicado balance puede poner en riesgo la vida de la persona.

INGESTA DE AGUA (ml/día)PÉRDIDA DE AGUA (ml/día)
Agua de bebida1500Orina1500
Agua de los alimentos800Sudoración/transpiración500
Agua del metabolismo interno300Respiración400
  Heces200
TOTAL=2600TOTAL=2600

La regulación de la ingesta de agua viene determinada por dos sensaciones básicas: la sed y la saciedad. Es difícil cuantificar las sensaciones, aunque de forma general y en situación estable, se suele ingerir afortunadamente algo más de la necesaria, siendo el regulador final del equilibrio la excreción de orina.

En este equilibrio intervienen también el volumen circulante y la osmorregulación (regulación de líquidos en función de la concentración de determinadas sustancias – solutos – diluidas en ellos con el fin de equilibrarse entre distintos compartimentos corporales). Estos mecanismos permiten, mediante la estimulación de receptores, la liberación de hormonas y otras sustancias participantes en efectos como aumentar o disminuir la sensación de la sed, el volumen de la orina y la concentración de sodio en ella, la apetencia por elementos más salados o no, mantener el equilibrio en la presión arterial, etc.

Una adecuada hidratación mejora el rendimiento físico e intelectual, la capacidad de concentración y la salud, la calidad de vida, el bienestar y la supervivencia.

¿Cuáles son las principales funciones del agua corporal?

  • Es necesaria para las reacciones químicas que permiten un correcto funcionamiento de las células, tejidos y órganos
  • Transporta nutrientes y otras sustancias por el sistema circulatorio
  • Se utiliza para eliminar toxinas y sustancias de desecho
  • Ayuda al soporte de los tejidos y lubrica nuestra estructura corporal
  • Previene el estreñimiento y las infecciones
  • Es esencial en la termorregulación (el mantenimiento de la temperatura corporal)

¿De dónde proviene el agua que necesitamos?

La mayoría del líquido que ingerimos (un 75-80%) proviene de los líquidos que tomamos en forma de agua, o bien como infusiones, caldos, sopas, zumos, refrescos, leche, gazpacho, etc.

Otra proporción menor (20-25%) se obtiene de los alimentos sólidos, que en su propia composición contienen agua: fruta, verduras, hortalizas.

En mucha menor cantidad se obtiene agua como producto del metabolismo de proteínas, lípidos e hidratos de carbono.

Lo más importante en las personas mayores, en cuanto al equilibrio entre ingesta y eliminación de agua (balance hídrico), no es en sí la forma en la que se tome sino la cantidad total de líquido ingerido en cualquiera de sus maneras.

¿Por dónde perdemos agua?

Fundamentalmente eliminamos agua por la orina, pero tampoco hay que olvidar que la transpiración y sudoración a través de la superficie corporal son formas de eliminar líquidos en cantidad nada desdeñable, que puede igualar o incluso superar en determinadas circunstancias (como el ejercicio físico, el calor ambiental excesivo o la fiebre) a las pérdidas por la orina.

Otras vías de pérdida de agua son las heces y la respiración

Abuelo y nieto en la playa

Factores de riesgo que se asocian a deshidratación:

La deshidratación es un trastorno muy frecuente en la población anciana que implica una alta mortalidad.

  1. Edad: especialmente en personas mayores de 85 años existe un mayor riesgo de deshidratación. En las personas mayores, la cantidad de agua corporal disminuye respecto a edades menores. También disminuye la sensación de sed y la demanda de líquidos. Presentan saciedad precoz lo que, unido a la atrofia de las papilas gustativas y alteraciones olfatorias, reduce la apetencia y la ingesta de líquidos. La función renal suele tener algún grado de deterioro y disminuye la capacidad de concentración.
  2. Dificultad de movilidad y limitación de la capacidad funcional: complica el acceso fácil y el desplazamiento para ingerir cuando se precisa o acceder fácilmente al agua o los envases.
  3. Deterioro visual y dificultad en el habla: limitan el ser capaces de encontrar fácilmente por ejemplo, un vaso colocado en determinado lugar para que se ingiera, que a pesar de ser accesible, no se visualiza o se alcanza; o no se puede comunicar a otra persona que se necesita beber, que junto con otras limitaciones generalmente asociadas, hacen que otra persona suela ser la que debe estar pendiente de que se consume la cantidad suficiente de líquidos que espontáneamente no pueden tomar.
  4. Sexo: femenino
  5. Estado mental: situaciones de depresión, determinadas fases de enfermedades degenerativas, demencias, etc. limitan la conciencia, las necesidades básicas y el autocuidado, haciendo a estas personas especialmente sensibles a una potencial deshidratación.
  6. Incontinencia: personas con incontinencia urinaria es frecuente que limiten la ingesta de líquidos para evitar la incomodidad de perder orina involuntariamente.
  7. Temperatura ambiental o corporal (fiebre, ambiente cálido, calefacciones, verano…): por cada grado de elevación de la temperatura corporal la pérdida de agua aumenta 150 ml/día y por cada grado de aumento de la temperatura ambiental por encima de 37ºC, requiere 300 ml/día de agua extra.
  8. Ejercicio físico: el ejercicio físico expone a un aumento de la pérdida de líquidos por transpiración/sudoración y por la respiración, debiendo compensarse adecuadamente para evitar problemas.
  9. Hábitos alimenticios inadecuados: monotonía en la alimentación, desequilibrio nutricional, dificultades para la masticación, disminución de la salivación, problemas para la elaboración de la comida, etc. afectan de forma sustancial a la ingesta de líquidos.
  10. Diabetes mellitus: la hiperglucemia ocasiona una situación de mayor concentración de solutos (hiperosmolaridad) en la sangre. Por este motivo y para equilibrar las concentraciones en el organismo, debe diluirse este exceso de glucosa en agua que pasa de los tejidos y espacios extravasculares hacia el torrente sanguíneo, y al filtrarse por los riñones, provoca la necesidad de orinar con más frecuencia y en mayor cantidad para eliminar este exceso de glucosa en el organismo y deshidrata los tejidos.
  11. Otros factores de riesgo: alteración de la función renal o digestiva, enfermedades como vómitos o diarrea, infecciones, quemaduras, soledad o institucionalidad, patologías concomitantes, polimedicación, ingesta de diuréticos, laxantes o sedantes, deterioro en el autocuidado, etc. son situaciones a tener especialmente en cuenta en las personas mayores por la frecuencia en la que se encuentran asociadas.
  12. A mayor situación de dependencia, mayor riesgo de deshidratación.
  13. ¡¡ ESPECIAL ATENCIÓN AL GOLPE DE CALOR Y LA INSOLACIÓN ¡!

Formas de deshidratación

TIPODETALLE
IsotónicaPérdida de sodio equimolar a la de agua (pérdida de sales minerales y de agua por igual)
HipotónicaPérdida de sodio superior a la pérdida de agua. Na < 135 mmol/l
HipertónicaPérdida de sodio inferior a la pérdida de agua. Na > 145 mmol/l Es la más frecuente, asociándose a situaciones de hiperglucemia o diabetes mellitus establecida

Grados de deshidratación

En función de la cantidad de peso corporal que se pierda podremos encontrar distintos grados de deshidratación, recogidos en la tabla siguiente:

GRADOPÉRDIDA DE PESO CORPORAL
Subclínica (crónica)1 – 2 %
Leve3 – 5 %
Moderada6 – 8 %
Grave9 – 11 %
Mortal> 11 %

La más frecuente es la forma subclínica, en la que se encuentran muchos de nuestros mayores, en una situación “habitual”, que pasa desapercibida si no se piensa en ella.

¿Cómo podemos detectar si hay deshidratación?

Los síntomas de detección y alerta para pensar y sospechar que estamos antes una situación de deshidratación y que hay que estudiar son muy variados. Dependerán de la concentración de sodio y de la rapidez en la que se presenta la deshidratación, destacando:

  • Sed, disminución de apetito, malestar, cansancio, náuseas, vómitos, pérdida de peso, estreñimiento
  • Disminución de la cantidad de orina (oliguria) y es más concentrada
  • Piel poco turgente, signo del pliegue (se toma un pellizco en forma de pliegue suavemente y la piel tarda en retornar a su estado previo, cuando en circunstancias de hidratación adecuada lo hace rápidamente)
  • Sequedad mucosas y lengua
  • Disminuye volumen vascular
  • Dificultad de concentración, hormigueos, debilidad, cefalea, convulsiones, confusión, coma
  • Alteración del ritmo y/o frecuencia cardiaca, descenso de la tensión arterial, mareo, síncope
Jardín

Recomendaciones y cuidados especiales

  • Estar bien hidratado es esencial en cualquier momento de la vida y en cualquier momento del año (NO SOLO EN VERANO).
  • Se recomienda una ingesta gradual de agua, incluso sin tener sed, y repartida a lo largo del día, preferiblemente por las mañanas o primera hora de la tarde para evitar interrupciones del sueño nocturno.
  • Beber 1-2 vasos de agua por la mañana en ayunas, en 10-15 minutos, favorece el movimiento intestinal y previene el estreñimiento.
  • Es preferible beber a menudo que ingerir mucha cantidad de vez. La temperatura ideal del líquido se recomienda que sea entre 11 y 14 ºC.
  • El hecho de variar los sabores favorece el mayor consumo de líquidos
  • Aprovechar las horas de las comidas para ingerir entre un vaso y un vaso y medio de agua en cada una de ellas, y otro vaso de agua en el tentempié de media mañana y de cena. Se recomienda la ingesta de entre 6 y 8 vasos de agua al día, unos 2,5 litros (salvo causas médicas que requieran una restricción especial), y en determinadas circunstancias puede necesitarse una cantidad superior (fiebre, estrés, ejercicio físico, vómitos y diarrea, infecciones, calor ambiental, …).
  • Preparar comidas caldosas, gazpachos, sopas, salsas jugosas, …
  • Tomar líquido de la forma más apetecible, preferentemente agua, pero también a través de infusiones, zumos de frutas y vegetales, caldos, refrescos, leche, etc. (las bebidas alcohólicas deben evitarse).
  • No descuidar la ingesta de verduras, frutas y hortalizas, de forma fácilmente digerible: sopas, purés ligeros, macedonias,…
  • Vigilar la ingesta innecesaria de fármacos.
  • Concienciar a familiares y personas allegadas, incluidos sanitarios que están en contacto con las personas mayores para reconocer situaciones de riesgo, detectar los primeros síntomas de una posible deshidratación y poner los medios a tiempo para revertirla de forma adecuada.
  • Refrescar el ambiente y a la persona en situaciones de calor ambiental y aumentar la ingesta de líquidos.
  • Proteger de la exposición al sol y al calor, evitando en lo posible la realización de actividad física en las horas de mayor impacto (¡¡ cuidado con los golpes de calor e insolación de cara al verano ¡¡)
  • En caso de vómitos y/o diarrea aumentar la ingesta de líquidos unos 600 ml/día más
  • En personas con diabetes, deben contabilizarse los hidratos de carbono que puedan contener determinadas bebidas líquidas o semilíquidas, debiéndose evitar los refrescos azucarados, zumos, etc. salvo hipoglucemias, anorexia, etc. donde deben utilizarse de forma correcta y con el asesoramiento de su médico.
  • Las recomendaciones de ingesta de bebidas en España se resumen en la siguiente tabla, donde sobre la base de las recomendaciones diarias del grupo I, (12 raciones de agua o infusiones en varones y 9 en mujeres), se pueden sustituir parte de ellas por bebidas del resto de los grupos
RECOMENDACIONES DE RACIONES DE INGESTIÓN DE BEBIDAS EN ESPAÑA
GRUPO I12 raciones/día para varones y 9 para mujeres Agua e infusiones
GRUPO II2 raciones/día bebidas lácteas, de soja
GRUPO III2 raciones/díabebidas refrescantes con edulcorantes acalóricos
 GRUPO IV 0-2 raciones/día1 zumo
0- 2 de cerveza en adultos sanos
 GRUPO V1 ración/díarefrescos azucarados
(1 ración = 250 ml)

Dra. Rosa Mª Servián
Médico de Familia

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