Si bien las disfunciones sexuales de los hombres con diabetes son conocidas y se han hecho diversos acercamientos científicos a su resolución, los problemas genitales también afectan a las mujeres, aunque son menos conocidos.
Las complicaciones sexuales de la diabetes en el terreno femenino están más íntimamente ligadas a las infecciones. Una diabetes mal controlada produce un aumento de la glucosa en la orina, lo que, a su vez, favorece el riesgo de infecciones y de la aparición de hongos, como origen de la micosis.
También, los problemas microcirculatorios producen sequedad vaginal, y esta falta de lubricación complica, y en ocasiones, impide totalmente mantener relaciones sexuales. A su vez, igual que en el caso de los hombres, aspectos neurológicos pueden provocar la pérdida del apetito sexual y la libido. Y de la misma manera que en el caso de los varones, esta situación puede conducir a estados de mal humor e incluso depresivos que influyen en la buena gestión de la diabetes y en la dificultad de hallar valor para dirigirse a un especialista y tomar medidas para corregir la situación.