Menopausia y diabetes

Menopausia y diabetes

La menopausia significa el cese definitivo de la actividad ovárica y por tanto, de la menstruación. La edad media de aparición de la menopausia son los 50 años, ocurriendo en la mayoría de los casos entre los 45 y 55 años. También existe la menopausia artificial o secundaria a cirugía con extirpación de ambos ovarios, radioterapia o quimioterapia.

En los últimos años se observa un interés científico creciente relacionado con la menopausia, debido a que, al aumentar la expectativa de vida de forma significativa, las mujeres pasarán más años en este período y es importante no solo vivir más años, sino hacerlo con una calidad de vida adecuada. Por ejemplo, en España la expectativa de vida de las mujeres es de 83 años, por lo que, en promedio, cada mujer vivirá en este periodo 33 años, lo que representa el 40% de la vida.

En España hay más de 22 millones de mujeres, y según datos del INE, de ellas, más de 8 millones tienen 50 años o más. Si tomamos en cuenta la prevalencia de la diabetes para las mujeres de ese grupo de edad, en España tendríamos aproximadamente 1 millón de mujeres con menopausia y diabetes.

Durante la vida fértil de la mujer, el ovario produce óvulos y hormonas entre las que destacan los estrógenos. Con la llegada de la menopausia, en el ovario dejan de producirse estrógenos, como consecuencia tenemos el cese de las menstruaciones, la imposibilidad de embarazarse, sofocos, irritabilidad, insomnio, tendencia a la depresión, dificultad en la concentración, disminución de la apetencia sexual, sequedad vaginal, cambios en la piel y en las uñas, tendencia a aumentar de peso, y disminución de la masa ósea (más tendencia a la osteopenia y osteoporosis).

Estas repercusiones no son bruscas sino que van apareciendo de forma solapada y con distinta intensidad en cada mujer.

La Perimenopausia incluye este período previo a la menopausia instaurada definitivamente y el primer año tras la misma.

Tratamiento de la menopausia.

La finalidad de establecer un tratamiento en la menopausia viene dado por dos motivos:

a) El tratamiento de los síntomas (por ejemplo: sofocos) y

b) Prevención de las consecuencias debidas al déficit hormonal (por ejemplo: osteoporosis).

Al plantearse la necesidad de un tratamiento durante la menopausia, no podemos olvidar que el déficit hormonal, tiene repercusiones diferentes en cada mujer, lo que obliga a individualizar los tratamientos.

Pero no todas las mujeres necesitarán tratamiento hormonal, algunas de ellas solo requerirán de recomendaciones higiénico-dietéticas. En las mujeres que pueden beneficiarse del tratamiento farmacológico, habrá que estar seguros de que no tienen contraindicaciones para la medicación.

En los últimos años, se ha avanzado mucho en el estudio de las hormonas ováricas, como administrarlas, en la seguridad de estas y como obtener el máximo de efectos beneficiosos con dosis bajas.

Tenemos cuatro tipos de tratamientos:

1) Tratamiento Hormonal. El tratamiento hormonal mejora el déficit de hormonas producido por el cese de funciones de los ovarios, mejora los sofocos, los sudores que impiden dormir, el sueño vuelve a ser profundo y relajante, dando lugar a una mejora del estado de ánimo, la piel y las mucosas dejan de estar secas, lo que proporciona de nuevo una relación sexual satisfactoria, evita que el hueso continúe perdiendo calcio, y favorece que se recuperen valores de densidad mineral ósea.

La indicación del tipo de tratamiento hormonal se divide en dos grandes grupos: el uso de estrógenos y progestágenos combinados, utilizados en pacientes que conservan su útero, y el uso de estrógenos solos, en pacientes que han sido sometidas a una intervención para extraerle el útero.

Contrariamente a lo se piensa, este tratamiento no hace crecer vello, ni aumentar el peso, al contrario, mejora la sensibilidad a la insulina y disminuye la tendencia a la hiperglucemia y al aumento de peso. Una de las cosas que más preocupan a las mujeres es el incremento de riesgo de cáncer de mama, pero la diferencia entre los 2 grupos con respecto a las pacientes que no reciben hormonas es tan pequeña que en prácticamente no es significativa, y lo explicamos a continuación con el siguiente esquema.

Grupo 1

Grupo 2

Grupo3

1.000 Mujeres

1.000 Mujeres

1.000 Mujeres

SIN tratamiento Hormonal

Tratamiento con  Estrogenos y Progestagenos (Pacientes Con útero)

Tratamiento solo con Estrogenos (Pacientes Sin útero)

Tendrán cáncer de Mama

3 mujeres

3.8 mujeres

2.6 mujeres

Conclusiones

No tomar hormonas, no les excluye de tener cáncer de mama.
 (3 de cada 1.000 mujeres)

Tomar  Hormonas  solo incrementa  el riesgo de cáncer de mama respecto al Grupo 1, en 0,8mujeres  por cada 1.000 mujeres que reciben tratamiento (menos de 1 mujer por cada 1.000 mujeres que toman tratamiento)

Disminuye el riesgo de cáncer de mama respecto al Grupo 1, en 0.4 mujeres por cada 1.000 que reciben tratamiento

 

Tendrán menos  cáncer de Endometrio que en el Grupo 1

 

 

Tendrán menos Osteopenia y Osteoporosis que en el Grupo 1

Tendrán menos Osteopenia y Osteoporosis que en el Grupo 1

Sin embargo, no todas las mujeres pueden someterse a este tratamiento. Es necesario hacerse una revisión ginecológica a fin de comprobar que no existe enfermedad alguna en la paciente que desaconseje el tratamiento.

2) Moduladores selectivos de los receptores estrogénicos (conocido también por el acrónimo en inglés SERM) son fármacos que tienen efectos similares a los estrógenos en ciertos tejidos, mientras que inhiben su acción en otros. Son particularmente útiles para evitar la descalcificación de los huesos y la lubricación vaginal, pero no controlan otros síntomas, como los sofocos. Actualmente, algunos de estos medicamentos ya vienen combinados con estrógenos.

3) Los Fitoestrógenos. Son derivados de plantas biológicamente activas, se encuentran en muchos alimentos, como las legumbres, las hortalizas y los cereales. Ayudan a eliminar o disminuir los síntomas como sofocos, o insomnio, pero solo en el 50% de las pacientes. Las dietas no suelen contener una cantidad suficiente de fitoestrógenos, por lo que a menudo se administran en concentrados.

4) Medicamentos que mejoran  la descalcificación de los huesos. Son medicamentos  que ayudan a que se fije el calcio a los huesos, pero no tienen ningún efecto beneficioso  sobre otros síntomas  durante la menopausia. Habitualmente se asocian a la toma de suplementos de  Calcio y Vitamina D.

Recomendaciones

Es necesario poner más atención a los hábitos nutricionales,  hacer ejercicio, dejar de fumar, cumplir con el tratamiento farmacológico habitual adecuadamente  y que el médico revise si es necesario algún ajuste. Por supuesto, es indispensable visitar al ginecólogo, para comentar los síntomas que presente y donde poder evaluar los posibles  tratamientos específicos para la menopausia. 

Es muy importante comprender que es una etapa de la vida, en la que hay cambios, pero si nos  adaptarnos a ellos,  podremos tener  una vida plena y satisfactoria.

Dra. Rosa Mary Baldonedo (Endocrinología)

Dr. Héctor Barahona (Ginecología)

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