Nuestros socios: El diagnóstico de José Enrique

Hoy uno de nuestros socios, José Enrique Nieto, nos cuenta cómo fue su experiencia cuando le diagnosticaron diabetes tipo 2:

Tengo diabetes tipo 2 y estoy tratado con metformina. Han pasado más de cuatro años desde que me diagnosticaron. Soy bastante disciplinado y creo que poco a poco he ido conociendo mi enfermedad, intento ser responsable y cumplir las indicaciones médicas en cualquiera de los casos.

Me enteré de que tenía diabetes en el centro de salud de la compañía en la que trabajaba; tuve sensación de mareo en la oficina, y fui a que me reconocieran. Fue de golpe, sin tener avisos previos, y pensé que era raro que antes no hubiera tenido alertas de ningún tipo. También es verdad que dejé de hacer las revisiones médicas anuales de empresa y, con mi experiencia actual, considero que es mucho mejor realizarlos. Pienso que la diabetes, cuanto antes se diagnostique, mejor, así que creo que son absurdos esos miedos a “que me encuentren algo”.

Mis índices de glucosa en sangre en ese momento estaban por encima de 300 y la hemoglobina glicosilada  estaba en 11,8, lo cual indicaba que los tres últimos meses había tenido unas cifras habituales por encima de 300. Soy un poco hipocondriaco y para mí fue muy importante que me tratara un endocrino, que me transmitió tranquilidad en ese momento. Antes de ir al especialista, la médico de familia me dijo que lo mejor era ingresar en un hospital y bajarme los niveles de azúcar con insulina, y eso me preocupó bastante. Ahora, ya pasado el tiempo, comprendo que era lo indicado, ya que también el resto de la analítica estaba alterado.

El endocrino me dio un voto de confianza y me dijo, a pesar de los resultados, que, si seguía sus indicaciones, podíamos probar. Además coincidió con el comienzo de las vacaciones de Semana Santa, por lo que tendría también menos estrés por el trabajo. 

Hubo una gran variación en mi dieta. Tuve que suprimir el azúcar, postres dulces, bebidas azucaradas, etc. También me comentó que debía reducir el consumo de hidratos de carbono, tales como pastas, arroz, pan, rebozados con harina, etc. y que, una vez a la semana, podía comer una pequeña ración en forma de pasta o arroz. Tuve que adelgazar dejando de tomar fritos, rebozados con pan rallado, embutidos y fiambres con alto contenido en grasas etc. Menos mal que en ese momento yo ya no fumaba y no bebía, porque hubiera sido más costoso tener que dejarlo cuando iba a reducir mis comidas. Fue duro, pero tenía que adaptarme a mi nueva situación. He de decir que, visto actualmente, el proceso no fue tan dramático, si bien es cierto que hay que tener fuerza de voluntad para que todo vaya bien. Ver que mis resultados mejoraban, me ayudaba a continuar. Tuve que empezar a hacer cinco comidas al día  (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) para no pasar tanta hambre y para controlar la diabetes evitando  las hipoglucemias.

También al principio tuve que controlar los niveles de azúcar en sangre, ya que hay mucha variación con la dieta, la pérdida de peso y el ejercicio. Para ello mi médico me recomendó realizarme mediciones a primera hora de la mañana, antes de las comidas, dos horas después de cada comida y justo antes de ir a dormir. Ello me sirvió para que, junto mi endocrino y médico de cabecera, se pudiera ajustar la medicación, el número de comidas y frecuencia y nivel de ejercicio.

Una vez ajustados los niveles, no suelo habitualmente realizar controles a no ser que cambie algo en la dieta, en el peso o en la frecuencia o duración del ejercicio. Por ejemplo, actualmente he modificado mi vida laboral y tengo más tiempo libre para realizar ejercicio diario (caminar), así que al variar esto debo controlarme diariamente mis perfiles para ajustar la medicación a los cambios.

Tengo que decir que en mi centro de salud no me ofrecieron charlas, ni cursos, ni una educación diabetológica, y pienso que en esos momentos debería ser necesaria, aunque sea básica (qué hacer en caso de enfermedades, cómo reaccionar ante una hipoglucemia e hiperglucemia, ejercicio, cambios de estación…) etc.  Estaría bien contar con la formación por parte del personal cualificado y complementarla con la de un paciente que tenga controlada su diabetes. Así nos veríamos más identificados y ayudados a cumplir nuestros objetivos

Al principio estuve realizándome analíticas y controles mensuales con mi endocrino hasta que los niveles se normalizaron. Una vez controlados, realizo revisiones trimestrales. Si tengo algún desajuste, consulto qué debo hacer. También me han aconsejado realizar controles anuales de la vista y revisar los pies para ver si hay una herida, así como consultar con el cardiólogo.

Gracias, José Enrique. La semana que viene publicaremos la respuesta de un profesional sanitario.

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