Consumidas en una cantidad ínfima, olvidadas en las dietas de muchos de nosotros y muy concentradas en azúcares, las frutas deshidratadas parecen una opción poco aconsejable en cualquier dieta para diabetes.
Antes de nada, empezaré diciendo que las frutas deshidratadas son las pasas, los dátiles, los albaricoques deshidratados…. Son frutas que ven perdido su volumen de manera drástico respecto a la fruta fresca, porque se les quita el agua, y claro, menos agua en la fruta más concentración de todo, incluidos los azúcares de la propia fruta original.
Estas “mini-bombas” de azúcares son también “mini-bombas” de vitaminas, son “mini-bombas” de compuestos antioxidantes y también tienen concentrada toda la fibra de la fruta original. Además muchas de estas frutas deshidratadas tiene sorbitol, que normaliza la respuesta de la insulina y neutraliza la acción de los azúcares. Por cierto, el sorbitol lo puedes encontrar en la pasta de dientes de tu casa por su papel protector frente a la caries, una afección totalmente relacionada con el azúcar de los alimentos.
Esta combinación de compuestos antioxidantes, fibra y sorbitol, contrarrestaría las altas cantidades de azúcar de estos alimentos y se ha mostrado que las ciruelas pasas y las pasas no aumentan el azúcar e incluso con la ingesta de pasas, ha mejorado el azúcar tras la comida y la hemoglobina A1c.
Consideraciones prácticas
Las frutas deshidratadas no están prohibidas para los diabéticos, pero siempre hay que cogerlas sin azúcares añadidos.
Las ciruelas pasas y las pasas se pueden tomar como snack solas, pero yo recomiendo utilizarlo con otros alimentos que no suben el azúcar. Por ejemplo, en snacks, acompañado de frutos secos, en comidas, las recetas de pescado con pasas son una opción ganadora, y en el desayuno se podría considerar tomar con cereales ricos en fibra como la avena.
Las frutas deshidratadas son absolutamente prescindibles si tomas frutas, pero si tomas poca fruta, si se antoja una o dos raciones de frutas deshidratadas semanal, es una buena opción para paliar una ingesta pobre de fruta. Y… ¡es una opción excelente si te puede el dulce!
Autor: Jose María Gallego López