Generalmente los niños que debutan con diabetes presentan unos niveles de glucosa en sangre muy elevados y para normalizarlos precisan dosis altas de insulina, sin embargo al cabo de unas semanas pueden, no siempre, presentar unos niveles de glucosa prácticamente normales, precisando dosis muy bajas de insulina, incluso a veces podrían estar sin insulina y tener una glucemia normal.
Esto es debido a que el niño entra en la fase que conocemos como “periodo de luna de miel”, donde en cierta manera se atenúa la destrucción de células beta, las fabricantes de insulina y podría haber una cierta regeneración de las mismas, dando lugar a que las células beta puedan sintetizar suficiente insulina como para mantener la normoglucemia con muy poca insulina exógena o incluso sin la administración de insulina. La duración de este periodo de luna de miel es muy variable, oscilando desde casos donde no llega a producirse a casos donde dicho periodo puede durar varios años.
¿Aporta alguna ventaja el periodo de luna de miel?
Siempre pensé que el periodo de luna de miel facilitaba un lapso de tiempo para que el paciente y la familia pudieran adaptarse a la nueva situación de forma segura. Durante el periodo de luna de miel las necesidades de insulina son bajas y los niveles plasmáticos de glucosa suelen ser bastante constantes, sin las oscilaciones que tendrán lugar una vez la enfermedad esté totalmente desarrollada. Este periodo permite a la familia adaptarse a la situación, aprender bien el manejo de la insulina, mejorar sus conocimientos sobre la dieta y los hidratos de carbono, tan necesarios para el tratamiento de la diabetes, de una forma segura, sin los riesgos de las hipo e hiperglucemias frecuentes en la diabetes. Es decir nos da un periodo de seguridad para aprender el manejo de la diabetes. Sin embargo, este periodo puede tener sus consecuencias negativas para el paciente y la familia. En algunos casos puede inducir a pensar que se han curado y que la diabetes desaparece. Evidentemente cuando al cabo de más o menos tiempo vuelven a presentarse las hiperglucemias la familia y el paciente vuelven a revivir todos los sentimientos de frustración y ansiedad que ya habían vivido, con la consiguiente repercusión para la dinámica familiar y para el paciente.
Otra situación donde el periodo de luna de miel puede dar problemas es en el adolescente. El debut de la diabetes siempre es un trauma para el paciente y la familia, sin embargo es en la adolescencia donde probablemente afecte más. La adolescencia es una época donde se busca la independencia, el ser parte del grupo, por lo que el debut de la diabetes hace al adolescente, en cierta forma diferente, se tiene que pinchar insulina, hacerse controles de glucemia,… En este caso en las primeras semanas del debut el paciente sufre un periodo de adaptación, sin embargo si entra en el periodo de luna de miel con muy pocas necesidades de insulina, el adolescente se dará cuenta que está perfecto cuide o no la comida y que incluso el dejar de administrar alguna dosis de insulina no tiene consecuencias. Esto puede provocar que el paciente coja unos malos hábitos y luego cuando entre en una fase ya de diabetes plena, le cueste mucho volverse a adaptar a una pauta de tratamiento mucho más restrictiva, donde irregularidades como el dejarse de administrar algunas dosis de insulina pueden tener graves repercusiones.
Como ya hemos comentado anteriormente durante el periodo de luna de miel pueden precisarse dosis muy bajas de insulina. Probablemente en algunos casos podría dejar de administrase insulina y mantendrían unos niveles de glucosa en sangre dentro de los límites de la normalidad. Nosotros siempre aconsejamos mantener la administración de insulina, aunque sea a dosis muy bajas, por varias razones, la primera porque volverse a acostumbrar a la administración de insulina puede ser muy duro y el paciente acaba retrasando mucho el reinicio de la insulina. También la administración de insulina podría prolongar el periodo de luna de miel, al enlentecer el ritmo de destrucción de las células beta, prolongando el periodo donde el control de la diabetes es más fácil.
En resumen podemos decir que el periodo de luna de miel tiene sus ventajas pues permite una adaptación más fácil y controlada a la diabetes, sin embargo hay que tener cuidado, pues puede inducir a auto engaños sobre el curso de la enfermedad.
Bartolomé Bonet
Jefe de Pediatría del Hospital Can Misses (Ibiza)