El aumento explosivo de obesidad abdominal en la sociedad actual, debido a la alta ingesta calórica, en especial carbohidratos refinados, y escasa actividad física, es el origen de un incremento del cuadro asociado a la resistencia a la insulina, definida por una menor eficacia de la insulina para evitar que la glucemia ascienda. La resistencia a la insulina es una de las causas principales de la diabetes tipo 2, de modo que con frecuencia estas personas tienen concentraciones de insulina en sangre iguales o superiores a otras que no padecen diabetes, ya que su eficacia es menor. La obesidad abdominal y la resistencia a la insulina se asocian a: aumento de triglicéridos, aumento de la la glucosa, elevación de la tensión arterial (TA) y disminucición del colesterol HDL., todo lo cual constituye el denominado síndrome metabólico, que conlleva un aumento de 50% del riesgo cardiovascular.
La prediabetes aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina para vencer la resistencia a la misma. El riesgo vascular aumentado precede a la aparición de diabetes. Hay fuerte evidencia de que la intervención temprana en pacientes con síndrome metabólico, retrasa la aparición de diabetes y el riesgo cardiovascular.
Un programa de modificación de estilos de vida en sujetos de alto riesgo (Diabetes Prevention Program) a través de una pérdida moderada de peso (5 – 10%) demostró una reducción del 58 % en la aparición de diabetes respecto al tratamiento convencional. La implementación de este tipo de intervención dirigida a obtener una pérdida de peso moderada en pacientes de alto riesgo (con síndrome metabólico), ha mostrado buena relación coste-eficacia.
Dieta
La pérdida de peso mejora todos los componentes del síndrome metabólico. La alta ingesta de carbohidratos refinados, en ocasiones asociado a dietas bajas en grasa, favorece la insulinorresistencia, el síndrome metabólico y la diabetes. Muchos carbohidratos refinados listos para tomar, conducen a una alta carga glucémica que produce mayor resistencia a la insulina. En un estudio, los pacientes que siguen una dieta de bajo índice glucémico, obtienen mayores niveles de colesterol HDL y menores niveles de triglicéridos a los 6 meses, así como, mayor pérdida de peso a los 18 meses, lo que indica que la dieta con baja carga glucémica es muy beneficiosa en el síndrome metabólico.
La adherencia al perfil de macronutrientes propio de la Dieta Mediterránea reduce la mortalidad total y cardiovascular y la incidencia de Síndrome metabólico. La Dieta Mediterránea es muy recomendable para personas con síndrome metabólico por su contenido en ácidos grasos omega 3, frutas, verduras y fibra , con una baja carga glucémica.
Se debe considerar el apoyo de un equipo de educación nutricional para seguimiento y refuerzo a largo plazo.
En la ciudad de Madrid el Ayuntamiento ha puesto en marcha desde 2012 un programa de prevención de la Diabetes que ofrece detección de individuos con alto riesgo de diabetes o síndrome metabólico y la realización de un taller de intervención intensiva para la reducción de peso.
Dra. Carmen Martín Ridaura
Médico endocrino de la Unidad de Diabetes de Madrid Salud
La Dra. Carmen Martín Ridaura participará en el Seminario práctico intensivo de DT1 y DT2 con insulina de la Asociación Diabetes Madrid. Más información aquí.