
El dilema sobre si fumar es nocivo para la salud hace mucho tiempo que se resolvió en su contra. Hoy nadie puede sostener que el tabaco no perjudica seriamente la salud y conduce a la muerte por enfermedades derivadas de su consumo a una proporción importante de personas fumadoras (50%) y a una no desdeñable cantidad de fumadores pasivos.
El tabaco es un producto muy tóxico, siendo la primera causa de mortalidad prevenible en los países desarrollados.
El tabaco aumenta la tasa de mortalidad general al doble en fumadores de 20 ó más cigarrillos/día que en los no fumadores. El 25% de los fumadores verán reducida su expectativa de vida en 20 años, otro 25% vivirán una media de 7 años menos y con peor calidad de vida y el otro 50% morirán por otros motivos pero probablemente con una salud más deficiente (más infecciones respiratorias, menor resistencia al ejercicio físico…)
Considerando la media de años de vida perdidos y otros factores, hay estudios que indican que por cada cigarrillo fumado se están perdiendo 5-6 minutos de vida (Rebatiendo científicamente lo que popularmente expresaba el famoso tango “Fumando Espero” y que autoengañosamente asumen muchos fumadores: “fumar es un placer…y mientras fumo mi vida no consumo…”).
¿Por qué el tabaco es tóxico?
En el tabaco existen muchos componentes tóxicos pero por su mayor importancia podemos distinguir tres grandes grupos:
- Nicotina: es un alcaloide responsable de generar la adicción al tabaco. Tiene un efecto estimulante, por eso produce ansiedad, excitación y falta de concentración. Justo lo contrario de lo que alegan los fumadores. Lo que ellos refieren que les tranquiliza y les hace concentrarse mejor es debido a que al fumar calman los efectos negativos que les produce la abstinencia del tabaco (es decir, se ha producido dependencia a la nicotina y para encontrarse bien necesitan fumar).
- Monóxido de carbono: principal producto de la combustión del tabaco que genera una disminución de la capacidad de la hemoglobina (una proteína fundamental, contenida en los glóbulos rojos de la sangre que sirve para el transporte de oxígeno a los tejidos) para oxigenar las células al ser desplazado el oxígeno por el monóxido de carbono, produciéndose la carboxihemoglobina que puede llegar a suponer hasta el 15% de la hemoglobina total en grandes fumadores. Esto induce fatigabilidad con escasa resistencia al ejercicio y es responsable de la mayor frecuencia de enfermedades cardio- cerebrovasculares en fumadores.
- Alquitranes: se producen como efecto de la combustión del tabaco (mayor cantidad aún en el tabaco “rubio”), se inhalan con el humo e inducen la aparición de diferentes tipos de cáncer, es decir tienen efecto carcinogénico demostrado.
Enfermedades asociadas con el consumo de tabaco
Enfermedades para las que se ha establecido firmemente una
asociación causal directa y en las cuales fumar es el principal
factor responsable del exceso de mortalidad:
- Cáncer de pulmón
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (incluido enfisema)
- Enfermedad vascular periférica
- Cáncer de laringe
- Cáncer de la cavidad oral (faringe)
- Cáncer de esófago
Enfermedades para las que se ha establecido firmemente una
asociación causal directa y en las cuales fumar es uno de los
factores responsables del exceso de mortalidad:
- Accidente cerebrovascular
- Enfermedad coronaria
- Cáncer de vejiga
- Cáncer de riñón
- Cáncer de páncreas
- Aneurisma aórtico
- Mortalidad perinatal
Enfermedades en las que epidemiológicamente se observa un
mayor riesgo, pero en las que la naturaleza exacta de la asocia-
ción no está establecida:
- Cáncer de cuello uterino
- Cáncer de estómago
- Úlcera gástrica y duodenal
- Neumonía
- Cáncer de higado
- Sindrome de muerte súbita del lactante
- Depresión
Enfermedades en las que se observa un exceso de mortalidad
en fumadores, pero en las que la asociación se atribuye a facto-
res de confusión:
- Alcoholismo
- Cirrosis hepática
- Envenenamiento
- Suicidio
Enfermedades en las que los fumadores tienen menores tasas
de mortalidad que los no fumadores:
- Cáncer de endometrio
- Enfermedad de Parkinson
- Colitis ulcerosa
En el caso de la diabetes todavía existen más motivos para desaconsejar el consumo del tabaco. Entre ellos se encuentran:
El tabaco también incrementa la mortalidad general además de aumentar la mortalidad cardiovascular 3 veces por encima de la de los no diabéticos fumadores. Es decir, que la persona con diabetes y fumador tiene 6 veces más posibilidades de morir de infarto de miocardio que la persona que no tiene diabetes ni fuma. Esto se debe a que la persona con diabetes, por el hecho de serlo, la mortalidad por causas cardiovasculares está multiplicada por 2. En la persona con diabetes existe una alteración del endotelio vascular y un aumento del estrés oxidativo que se ve empeorado en los fumadores.
Este riesgo disminuye tres veces si la persona con diabetes no fuma.
Muchas personas con diabetes no están concienciados del riesgo añadido que supone fumar y de hecho la frecuencia con que los diabéticos fuman es muy parecida a la de los no fumadores.
Pero el tabaco no solo induce un aumento en la mortalidad de origen vascular empeorando o precipitando complicaciones macroangiopáticas (infarto de miocardio, ictus, enfermedad arterial periférica, impotencia sexual) y microangiopáticas (retinopatía, nefropatía) y neuropatía diabética sino que también dificulta el control de la glucosa aumentando la resistencia a la acción de la insulina y empeora las cifras de colesterol.
La nicotina aumenta la resistencia a la acción de la insulina, es una sustancia que pasa rápidamente al torrente circulatorio, se metaboliza en el hígado y se elimina a través de la orina como cotinina que puede detectarse en la orina hasta 48 h después de haber fumado (puede servir como prueba para detectar si una persona sigue fumando) y se difunde a los diferentes órganos, entre ellos al cerebro (15 segundos después de su inhalación ya está actuando allí) donde aumenta los niveles de dopamina lo que determina una sensación placentera ya que actúa a través de circuitos neuronales parecidos a los que utilizan los opiáceos (morfina y derivados), también actúa liberando adrenalina y noradrenalina que aumentan la frecuencia cardiaca, presión arterial, estrechan los vasos sanguíneos y aumentan las cifras de glucemia.
También está demostrado que la aparición de diabetes gestacional es mucho más frecuente en mujeres fumadoras que en no fumadoras, así como que los niños nacidos de mujeres fumadoras tiene mayor riesgo de desarrollar durante la infancia y posteriormente en la edad adulta sobrepeso y obesidad que a su vez favorecen la aparición de diabetes mellitus tipo 2.
Carlos Debán
Médico de Familia
Centro de Salud “El Restón”. SERMAS