Un estudio realizado en Italia en motivo del congreso nacional de dietistas confirma que si los chavales hacen un buen desayuno, completo, no sólo mejoran su memorización y su atención -y por tanto sus resultados en clase- sino que además, alejan el riesgo de sufrir diabetes (tipo 2) y obesidad.
Si la primera ingesta de la mañana tiene una cantidad equilibrada de hidratos, los más pequeños se garantizan una absorción adecuada de la glucosa, que en su papel de gasolina para nuestro desgaste diario, les permite tener energia suficiente para afrontar el trabajo de la mañana. A esos carbohidratos se les debe añadir una cantidad equilibrada de proteínas y vitaminas. Las recomendaciones estándard sugieren que en el desayuno se deben ingerir entre el 15 y el 20% de las calorías totales de la jornada.
Según el estudio italiano, en el país de la bota hay 1,3 millones de niños con sobrepeso, de los cuáles 400.000 obesos. De los datos del trabajo se extrae que el 9% de los niños se salta el desayuno, un 30% toma un desayuno inadecuado y un 68% se toma una media mañana demasiado copiosa.