Las vacaciones, las deseadas vacaciones, constituyen un periodo de relax y de cambios en nuestro estilo de vida, es decir cambiamos la rutina diaria del año escolar, donde los horarios suelen ser muy estrictos, por un periodo donde los horarios son más irregulares, las comidas con frecuencia se realizan en un ambiente donde el consumo de hidratos de carbono es más difícil de controlar (comidas fuera del hogar) y donde la introducción de alimentos que en otra época del año estarían prohibidos, ahora pueden ser muy difíciles de evitar. Desde esta sección queremos comentar algunos aspectos propios del periodo vacacional que puedan facilitar el disfrute de esta etapa, tan merecida por todos, con los menores cambios posibles en el control de la diabetes.
Campamentos
Los campamentos de vacaciones constituyen una excelente alternativa para pasar un par de semanas disfrutando de la naturaleza, de actividades físicas o aprendiendo nuevas cosas, mientras los padres siguen trabajando. Estos campamentos permiten que el niño/a en vez de quedarse en casa pueda pasárselo en grande en compañía de otros niño/as, también en muchos casos es la mejor oportunidad que tienen los niños/as de realizar actividades físicas y no quedarse en casa enganchado a la televisión o a los juegos electrónicos. Por lo tanto, los campamentos de verano, tanto los dedicados en exclusiva a niños/as con diabetes como los que no, constituyen una buena elección para pasar una parte de las vacaciones. Los campamentos dedicados a los niños/as con diabetes y buena muestra de ello son los que año tras año realiza la asociación, disponen de monitores y personal sanitario con la formación necesaria para atender las necesidades específicas de la diabetes, como son cambios en la dosis de insulina según la actividad física que se vaya a realizar y la capacidad de enfrentarse a posibles complicaciones específicas, sobre todo las temidas hipoglucemias. Para muchos padres estos campamentos constituyen una gran tranquilidad pues saben que su hijo/a se lo pasará bien y su enfermedad estará perfectamente controlada. Al ser campamentos educativos, servirán para aprender nuevas cosas sobre diabetes o refrescar aquellas que ya conocíamos, también puede ser un buen momento para que el niño/a empiece a ser más autónomo y administrarse la insulina, especialmente aquellos niño/as que son reacios a pincharse ellos/as mismos/as y antes de acudir no lo hacían. En el campamento, al estar junto con otros niños/as más autónomos en este sentido y con la práctica y experiencia de los monitores, puede ser el momento idóneo para avanzar en las técnicas de automanejo de la diabetes.
Por otro lado, aquellos niños/as que van a campamentos generales necesitarán un pequeño ajuste de sus dosis de insulina que generalmente consistirá en una reducción de la dosis, especialmente de la insulina de larga duración ya que, al realizar más ejercicio físico, los requerimientos de insulina disminuirán. No obstante, la diabetes no debe ser una razón para que no vayan a los campamentos que el colegio u otras entidades puedan organizar, donde van todos sus amigos/as y donde el niño/a se sienta como uno más del grupo.
El ajuste de la insulina, por regla general consistirá en una reducción de la insulina basal de entre el 20-40% de su dosis habitual, según el ejercicio que vayan a realizar (no es lo mismo el campamento en el que cada mañana tienen 2-3 horas de clase de inglés y luego por las tardes realizan actividades físicas, que aquellos campamentos donde la mayor parte del tiempo estén realizando ejercicio).
En estos campamentos es fundamental disponer de alguien que pueda administrar una dosis de glucagón en caso de producirse una hipoglucemia. La disponibilidad de administrar el glucagón intranasal es un claro avance, pues evita la administración de inyecciones, facilitando su utilización por parte de personal no sanitario. La administración de glucagón puede permitir superar una hipoglucemia severa, sin necesidad de acudir a un centro de salud, por lo que es un instrumento imprescindible para los niños/as con diabetes que acuden a los campamentos. Sin embargo, conviene no olvidar que la mayor parte de las hipoglucemias pueden controlarse con comida o bebidas azucaradas, y es el propio niño/a quien se va a dar cuenta de que esta “bajo/a” y tomará las medidas oportunas.
Viajes al extranjero
En la actualidad es relativamente frecuente que los niño/as y adolescentes realicen estancias en otros países para aprender un idioma o sencillamente para disfrutar y conocer otras culturas y ambientes. En cualquier país de la Comunidad Europea o de Norte América es fácil disponer de las mismas insulinas que tenemos en España, por lo tanto, no es de prever ningún problema en cuanto al suministro de insulina. Se deberá comentar con su médico, la dosis de insulina a administrar durante su estancia en el extranjero, que se ajustará a la actividad que vaya a realizar. En aquellos viajes transatlánticos, donde hay un cambio de horario importante, se tendrá que ajustar la insulina a dicho cambio, por lo que es importante realizar con tiempo, un plan de administración de la insulina durante el viaje.
Actividades de riesgo (buceo, alpinismo etc.)
Siempre ha sido nuestro principio que los niños/as, y las personas con diabetes en general deben y pueden realizar las mismas actividades que los demás. No obstante, en una época donde está de moda realizar actividades de riesgo, creemos que, para una persona con diabetes lo importante es que no se dificulte su capacidad de responder ante una hipoglucemia. Una hipoglucemia cuando uno está a 20 metros de profundidad buceando o escalando una montaña es difícil de manejar y sus consecuencias, en estas situaciones, pueden ser nefastas. Por lo tanto es necesario planificar la pauta de administración de insulina con antelación así como la ingesta de hidratos de carbono antes de realizar la actividad para evitar la hipoglucemia.
Algunos niños/as que son tratados con sistemas de administración continua de insulina, pueden desear volver a la administración de insulina de larga duración y administración de bolos antes de las comidas, esto puede ser necesario en aquellos niños/as que viven en zonas costeras y realizan a lo largo del día muchas horas de actividades acuáticas, no es lo mismo darse un baño en la piscina de 15-20 minutos, que estar en playa entrando y saliendo del agua de forma continua. En cualquier caso, se ajustará el modo de tratamiento de la diabetes a las necesidades y preferencias del niño/a. Lo importante es que él/ella disfrute de sus vacaciones.
¡Felices vacaciones!
Autor: Dr. Bartolomé Bonet Sierra
Jefe de Pediatría Hospital Can Misses (Ibiza)
(Publicado en la Revista Entre Todos. Si quieres recibir o descargar la revista, hazte socio)