El pasado martes, día 1 de octubre, acudimos al colegio privado concertado “El Cid”, sito en el barrio de Vicálvaro en Madrid. Nos reclamaba la tutora de 1º de la ESO, Marisa Yagüe, pues este año en su clase tiene a dos alumnas, Ana y Rocío, a las que se les diagnosticó el año pasado una diabetes tipo 1 y, al cambiar de ciclo, han cambiado también de profesores e incluso también han llegado compañeros nuevos, por lo que, consideraba muy importante montar estas charlas para informar a todos, actualizar lo que ya sabían y aclarar dudas.
En primer lugar, organizamos en la hora de tutoría una charla con los alumnos, donde pudimos comprobar un gran interés por parte de ellos. Nos hicieron muchas preguntas y estuvieron muy atentos a la presentación.
Al ser una charla orientada a adolescentes, tocamos temas como el alcohol, drogas y sus consecuencias. Enfatizamos mucho que era fundamental su implicación para ayudar a sus compañeras en momentos puntuales de hipoglucemias, que supieran cómo reconocerlas y cómo actuar. Por supuesto, insistimos en que deben empatizar y no mostrarse ajenos a una realidad de la que ninguno estamos libres.
Posteriormente, hicimos la presentación a los profesores e igualmente mostraron gran interés por el asunto, comprometiéndose a poner de su parte para facilitar el día a día de estas alumnas en el cole; teniendo presente que la alteración de sus valores glucémicos puede hacer que su carácter cambie, que no puedan realizar un examen en un momento dado, que necesiten ir al baño con mayor frecuencia que el resto de sus compañeros, que tengan que mirar el móvil para comprobar valores si pitan las alarmas, corregir valores con insulina, tomar azúcares, zumos, alimentos para remontar hipoglucemias… en definitiva, situaciones que se van a dar con frecuencia en el entorno escolar y para las que tienen que estar preparados.
Creemos que pudimos resolver sus dudas y, sobre todo, tranquilizarles ante una enfermedad de la que desconocían muchas cosas.
Quedaron muy agradecidos con nuestra visita y nosotras con sus ganas de aprender y su implicación. Con docentes así no deberíamos estar preocupados.